Hace 17 años, mediante la Ley 392-07, se aprobó el régimen de competitividad e innovación industrial (RCII). Esto permitió a la industria local contar con un marco jurídico que impulsaría los productos nacionales con miras a lograr mayor diversificación y el fortalecimiento de las cadenas de valor en busca de su inserción en los mercados internacionales.
En aquel entonces, apenas el total de empresas calificadas como “industrial” fue de 166. A 2022, ese número había aumentado a 732, de acuerdo con la “Evaluación de impacto de los beneficios fiscales del régimen de competitividad e innovación industrial”, elaborado por la firma Ecomod, en conjunto con el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), para la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD).
Pero, ¿qué es la “Calificación Industrial” y cuáles son sus beneficios? Además de otras ventajas, una de ellas es que les permitió recibir los beneficios tributarios del RCII. Entre ellos se destaca la depreciación acelerada que afecta la cantidad de impuestos que se pagan cada año.
La idea es que, al asumir que la maquinaria se desgasta más rápido al principio de sus operaciones, las empresas pueden deducir más dinero de sus ingresos en esos primeros años, es decir, pagan menos impuestos, en un período específico. La compra de maquinaria sigue siendo por el costo real, pero la depreciación acelerada afecta cómo se calculan los impuestos anualmente.
Desde entonces, el informe detalla que se han ido incorporando en promedio 16 empresas por año, alcanzando un pico en 2016 de 424 y cerrando el 2022 con un total de 392 industrias con Calificación Industrial vigente.
No obstante, en 2011, 2016 y 2017 se experimentó una caída en el total de industrias calificadas, siendo estos los años en los que perimieron los incentivos al ISR societario y antes de que fueran prorrogados con las modificaciones de la Ley.
En ese sentido, el ministro de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), Víctor “Ito” Bisonó, destacó los resultados del estudio al indicar que es un reflejo de lo oportuno que fue la decisión del presidente Luis Abinader de extender los incentivos fiscales que fomentan la innovación y el desarrollo competitivo en el sector industrial, mediante la promulgación de la Ley 242-20, que modifica las leyes 392-07 y 542-14.
“A diferencia de como lamentablemente lo hicieron otros gobernantes en su momento, el presidente Abinader nunca ha suspendido la aplicación de la Ley y no ha impedido el disfrute de sus incentivos, como ocurriera lastimosamente durante el año 2011, cuando mediante una comunicación administrativa se dejaron de otorgar los incentivos fiscales dispuestos por la Ley, o en los años 2013-2014 y 2018-2020, donde los industriales no pudieron usar el incentivo de la depreciación acelerada”, dijo.
El RCII ha beneficiado a una gran variedad de actividades de la industria manufacturera local. Por ejemplo, la fabricación de plástico es la que mayor cantidad de empresas aprovechan los beneficios con un total de 41, seguidas de los alimentos (27), productos farmacéuticos (21) y impresión (18). Otros sectores que usan dichos incentivos son aquellos ligados a productos químicos, metalúrgicos o para la construcción. Una de las ventajas de este régimen es que se adecua a la industria de manufactura sin importar el sector al que pertenezca o su tamaño.
El 88% de las industrias acogidas a los beneficios tributarios del RCII se concentran en la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional (64%), Santiago (16%) y San Cristóbal (8%).
Este es un reflejo de la concentración de la actividad económica industrial dominicana, que se ubica en las grandes ciudades, las cuales tienen mayores accesos a bienes y servicios públicos y privados. El dato solo recoge el domicilio principal de la industria, teniendo muchas de ellas presencia en otras provincias del país, incluso llevando a cabo parte de sus procesos en estas otras localidades.
En cuanto a la antigüedad de las empresas, el 81% de las que en algún momento han estado calificadas bajo el RCII tienen más de 10 años de antigüedad, cuando al inicio de la ley estas eran el 21%, lo cual quiere decir que muy pocas empresas han cerrado sus operaciones.
Por el contrario, gran parte de aquellas que se crearon entre 2008 y 2014 han permanecido operando en el tiempo transcurrido. Igualmente, unas 140 industrias locales han sido creadas en el marco del RCII, que tienen 10 años o menos de constituidas. Es decir, que el RCII no solo ha coadyuvado a mantener la industria existente, sino que ha colaborado en la creación de nuevas industrias.
En promedio, el 57% de las empresas beneficiadas en estos 15 años son mipymes, de las cuales el 35% son micro y pequeñas empresas.