A pesar de las sorpresas positivas sobre el crecimiento, los riesgos de recesión siguen preocupando a los mercados.
Este es un resumen del informe del FMI al mes de julio donde se destacan los movimientos observados recientemente en la tasa de interés, la inflación, el crédito, el comercio, el endeudamiento mundial y la fragmentación geopolítica y sus consecuencias.
- La FED aumentó la tasa en 25 puntos y la lleva a un rango de 5.25%-5.50%.
El BCE también la subió 0.25 llevándola al 4%, pero podría aumentar nuevamente, considerando que su meta de inflación está más lejos de alcanzar que en Estados Unidos ya que a julio registró un 5.2% interanual para el conjunto de países de la Unión Europea.
- En algunos países se están amplificando las presiones sobre los salarios que a su vez generan presiones inflacionarias.
Además, El Niño podría traer aumentos de temperatura más extremos de lo esperado, exacerbar las condiciones de sequía y elevar los precios de los productos básicos.
- La guerra en Ucrania podría intensificarse, elevando aún más los precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes como ya se visualiza en julio y agosto. La reciente suspensión de la Iniciativa sobre los cereales del Mar Negro es motivo de preocupación a este respecto.
Esos shocks adversos de la oferta podrían afectar a los países de manera asimétrica, lo que implicaría diferentes dinámicas para la inflación subyacente y las expectativas de inflación, una divergencia en las respuestas de política y nuevos movimientos de divisas.
- Los mercados financieros han ajustado al alza sus expectativas de endurecimiento de la política monetaria desde abril, pero aún espera un ajuste menor de lo que han señalado las autoridades, lo que aumenta el riesgo de que las publicaciones desfavorables de datos de inflación puedan, como en el primer trimestre de 2023, desencadenar un aumento repentino de las expectativas con respecto a las tasas de interés y la caída de los precios de los activos.
- Tales movimientos podrían endurecer aún más las condiciones financieras y ejercer presión sobre los bancos y las instituciones financieras no bancarias cuyos balances siguen siendo vulnerables al riesgo de tasas de interés, especialmente aquellos altamente expuestos a bienes raíces comerciales.
Los efectos de contagio son posibles, y una huida hacia la seguridad, con la consiguiente apreciación de las monedas de reserva, desencadenaría un efecto dominó negativo para el comercio y el crecimiento mundial.
- Los acontecimientos recientes cambian a la baja la distribución de los riesgos en torno al pronóstico de crecimiento de China, con posibles implicaciones negativas para los socios comerciales en la región y más allá.
Los principales riesgos incluyen una contracción más profunda de lo esperado en el sector inmobiliario en ausencia de una acción rápida para reestructurar a los promotores inmobiliarios.
- Está aumentando el grado de sobreendeudamiento:
En general, las condiciones financieras mundiales se han relajado desde el episodio de tensión bancaria de marzo de 2023, pero los costos de endeudamiento para las economías de mercados emergentes y en desarrollo siguen siendo elevados, lo que limita el margen para el gasto prioritario y aumenta el riesgo de sobreendeudamiento.
- Se profundiza la fragmentación geoeconómica:
El riesgo actual de que la economía mundial se separe en bloques en medio de la guerra en Ucrania y otras tensiones geopolíticas podría intensificarse, con más restricciones al comercio (en particular el de bienes estratégicos, como minerales críticos); movimientos transfronterizos de capital, tecnología y trabajadores; y pagos internacionales.
Esos acontecimientos podrían contribuir a aumentar la volatilidad de los precios de los productos básicos y obstaculizar la cooperación multilateral en el suministro de bienes públicos mundiales.
La economía dominicana debe estar muy pendientes a estas inquietantes perspectivas, a pesar de haber logrado llevar la inflación al rango meta (3.95%).
El crecimiento del PIB sigue siendo la gran incógnita en el 2023 y la combinación de una Política Monetaria expansiva y bajas en las tasas de interés, con un presupuesto modificado que fortalece la inversión pública, podrían permitir que el crecimiento alcance el 4% este año.
Para eso hay que crecer sobre el 5% en lo que resta del año ya que el IMAE registró un 1.2% entre enero y junio y un 1% interanual.
Es un frenazo demasiado fuerte.