La inflación en Brasil, la mayor economía de América Latina, mostró un leve descenso en mayo pasado, hasta situarse en el 5.32% interanual, 0.21 puntos menos con respecto al mes anterior, informó este martes el Gobierno.
El índice nacional de precios al consumidor se elevó un 0.26% en mayo con respecto al mes anterior, presionado por los alimentos y el sector salud, aunque el resultado fue inferior a los de abril (0.43%) y marzo (0.56%), según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
De esta forma, la inflación mantiene una tendencia de desaceleración, lo que ha generado un salto interanual menor en comparación con los meses anteriores y ha mejorado las estimaciones del mercado, que esta semana redujo moderadamente su proyección de inflación para este año, del 5.46% al 5.44%.
Detrás de esa pérdida de impulso está la caída en los precios de los billetes de avión y los combustibles, de acuerdo con la oficina de estadísticas del Gobierno.
Los alimentos y las bebidas manifestaron importantes bajas este mes, un 0.17% en mayo con respecto al 0.82% reflejado en abril.
Esta variación se vio fuertemente influenciada por la caída de los precios del tomate (-13.52%), del arroz ( -4.0%) y de los huevos (-3.98%).
Sin embargo, aún preocupa el alta de algunos alimentos, como la patata (10.34%), la cebolla (10.28%), el café molido (4.59%) y la carne (0.97%).
El mayor incremento con respecto a abril lo sufrió el sector de la vivienda, debido a un alta en los precios de la energía residencial durante el mes de mayo (3.62%).
En un intento de contener este índice, el Banco Central brasileño mantiene al alza la tasa básica de interés del país, que actualmente se ubica en el 14.75% anual, la más alta desde agosto de 2006.
El índice de precios cerró el año pasado en 4.83%, superando el porcentaje de 2023 (4.62%) y por encima del techo de la meta establecida por el Banco Central brasileño.