Por: Yanio Concepción
El informe preliminar del Fondo Monetario Internacional (FMI) al Estado Dominicano marca un antes y un después para las Cooperativas de Ahorros y Créditos (CoopAC) en la República Dominicana. La recomendación de implementar mayor regulación, adoptar estándares internacionales y establecer un nuevo marco legal nos coloca frente a una encrucijada histórica.
Se nos exige mayor regulación, estándares internacionales y un nuevo marco legal. Aunque este llamado representa una oportunidad para fortalecer nuestra legitimidad, elevar la confianza pública y consolidar nuestra presencia en el sistema financiero nacional, nos plantea un riesgo: el de perder nuestra esencia si permitimos que las cooperativas se conviertan en “mini instituciones de intermediación financiera” desconectadas de los valores que nos dieron origen.
En ese sentido, nuestro desafío es claro, adaptarnos a los nuevos tiempos sin renunciar a la Identidad Cooperativa, a la solidaridad que nos define, y al compromiso con el desarrollo de nuestras comunidades.
La regulación debe ser una aliada y debe ayudarnos a consolidar nuestra esencia, a ser más transparentes, más eficientes y resilientes, sin diluir el carácter democrático, participativo y humano que distingue a las cooperativas.
Hoy más que nunca, debemos defender un modelo de sistema cooperativo más fuerte, donde la regulación nos eleve y nos transforme, pero sin deshumanizarnos, porque en cada cooperativa vive una esperanza colectiva, la de construir un país más justo, desde la gente y para la gente.