América Latina enfrenta retos como la informalidad laboral, la desigualdad de género, la limitada cobertura de protección social y condiciones de empleo que no garantizan la dignidad y el desarrollo integral de los trabajadores. República Dominicana no escapa a esa realidad.
Fue durante la Vigésima Reunión Regional Americana, que celebra la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Bávaro, provincia La Altagracia, donde el ministro de Trabajo, Eddy Olivares, afirmó que el Gobierno se plantea alcanzar el 50% de trabajos formales para 2028.
“En términos de informalidad hemos logrado una reducción interanual de 2.2%, proyectando una tendencia favorable hacia la formalización y el acceso a la seguridad social”, expresó.
Olivares señaló que el Gobierno también se plantea incrementar en tres años la empleabilidad juvenil por encima del 59%, reducir la tasa de desempleo abierto al 4.5% e incrementar la ocupación formal de mujeres a más del 51%.
Según el titular del Ministerio de Trabajo, la tasa de ocupación femenina superó el 50% durante este gobierno. No obstante, los datos del Banco Central dominicano establecen que los hombres ocupados totalizan 2.9 millones, mientras que las mujeres son 2.1 millones.
Lo anterior indica que la brecha de género absoluta en el mercado laboral en favor de los hombres es de 842,455 personas. De hecho, los hombres son el 58.2% de los ocupados, mientras que las féminas son el 41.8%, lo cual se traduce a una brecha de género de 16.4 puntos porcentuales.
El funcionario informó que durante los cinco años de gestión del presidente Luis Abinader se han generado 512,000 empleos con un promedio anual de 102,000 nuevos puestos de trabajo.
Asimismo, indicó que se registraron 5.1 millones de personas ocupadas en el segundo trimestre del 2025, equivalente a una tasa de ocupación de 62.8%. “Este desempeño se tradujo en la creación de 121,164 nuevos empleos respecto al mismo periodo del año anterior”, explicó.
En su discurso destacó la importancia de la colaboración entre gobiernos, empleadores y trabajadores para “transformar los desafíos en oportunidades y convertir las aspiraciones de justicia social y trabajo decente en políticas concretas y efectivas”.
También, resaltó que la colaboración con el sector privado ha fortalecido la inserción laboral y la empleabilidad juvenil, garantizando acceso a empleos formales a jóvenes, mujeres y personas con discapacidad.