Con el fin de activar una economía lastrada por la falta de divisas el presidente boliviano, Luis Arce, anunció que la prohibición que pesaba sobre el Bitcoin y los pagos con criptomonedas desde 2020 queda obsoleta, dándole luz verde a las entidades financieras para que acepten transacciones con activos digitales por medio de los canales electrónicos autorizados. Sin embargo, la medida no avala a los cripto activos como moneda de curso legal.
La crisis económica en Bolivia llevó al Gobierno a buscar alternativas financieras respaldadas en el mundo digital.
Tras varias semanas de protestas por la escasez de combustible y con pocos dólares en sus arcas, el país sin acceso al mar, destapó la caja en la que tenía guardadas las criptomonedas y les dio la libertad para ser usadas como medio de pago.
“Es una medida importante para resolver esto (…) Cuál es el uso de las criptomonedas aquí en nuestro país (…) En realidad es una estrategia internacional de ya no usar el dólar, nadie quiere usar el dólar, pero aquí piden el dólar, cuando en otros países se están deshaciendo de los dólares”, afirmó Arce en una entrevista con la agencia de noticias AFP.
La propuesta del mandatario, anunciada junto al Banco Central de Bolivia, permite que los bancos realicen transacciones con cripto activos, pero no obliga a las empresas a aceptarlos como forma de pago y tampoco supone que sean aceptadas como uso de curso legal.
La medida va acompañada del Plan de Educación Económica y Financiera que busca educar a la población, medios y entidades financieras sobre el uso de las monedas digitales.
En la pedagogía se tiene contemplado sensibilizar a las personas sobre las oportunidades y riesgos asociados a las cripto, y las formas para gestionarlas de manera responsable.
Escasez de dólares y combustible, un problema ligado
Bolivia, de unos 12 millones de habitantes y rico en reservas de gas natural, se ha visto golpeado por la profunda caída de las inversiones en el sector energético y la disminución en las exploraciones de nuevos proyectos.
Este escenario hizo caer la producción nacional de gas y este, al ser una de las fuentes de inversión externa crucial para el país, hizo que el flujo de capitales externos disminuyera.
El país andino, además, es altamente dependiente del combustible que importa, pero sin dólares, ha sido complejo mantener la compra de este insumo, y por ende, el suministro a los vehículos que transportan productos, alimentos y materiales indispensables para el desarrollo de la economía nacional.
Escasez de dólares: uno de los problemas que aquejan a Bolivia, en plena crisis política05:38
Algunas empresas de combustible y la petrolera estatal del país aseguran que el suministro de gasolina está garantizado, pero cada vez se vuelven más comunes las imágenes de las largas filas de camiones y vehículos pesados para intentar llenar sus tanques.
Desde el Gobierno se argumenta que se trata de una sobre demanda generada por rumores en redes sociales en los que se comenta sobre la escasez de combustible.
Con AFP y AP