La zona industrial de Singapur, al oeste de su base aérea, alberga una planta de fabricación en la que técnicos ataviados con trajes de conejo (monos de plástico que evitan la contaminación) se ciernen sobre las estaciones de trabajo mientras elaboran con esmero sofisticados componentes ópticos. Las instalaciones están dirigidas por una empresa llamada Moveon Technologies, que fabrica componentes ópticos para clientes de la talla de Samsung, Philips y Dyson.

Pero escondida en un rincón de esas instalaciones hay una empresa emergente que se asoció con Moveon Technologies con la esperanza de desarrollar lo que dice tener el potencial de convertirse en el próximo gran avance de la informática personal.

Bobak Tavangar fundó Brilliant Labs hace cinco años porque vio el potencial de crear unos anteojos de realidad aumentada que integraran funciones de inteligencia artificial en un diseño ligero que diera a los usuarios «superpoderes visuales», como a él le gusta decir. Y el CEO de 35 años pretende desarrollar la tecnología en una plataforma de código abierto, para que legiones de desarrolladores puedan acceder a su código y crear nuevas aplicaciones para el dispositivo.

«Es el próximo gran salto, no sólo en lo que respecta al hardware, sino también a la inteligencia artificial», afirma Tavangar. «Pueden actuar como tu copiloto o tu simpático asistente para ayudarte a navegar por el mundo que te rodea».

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De derecha a izquierda: Bobak Tavangar, fundador y CEO; Raj Nakarja, ingeniero jefe; Ben Heald, diseñador jefe.

Brilliant Labs está preparando el lanzamiento de la primera versión de sus anteojos inteligentes para el primer trimestre de este año, y Tavangar afirma que inicialmente tendrán la capacidad de procesar órdenes en lenguaje natural. Más adelante, quiere que los anteojos desarrollen más funciones, como avisos visuales y sonoros basados en elementos detectados en el entorno inmediato del usuario, así como la capacidad de ajustar la resolución, el zoom y el contraste de color de la vista del mundo real a través de las anteojos.

Tavangar tiene grandes ambiciones con sus anteojos, pero se mueve en un sector que aún no despegó. A pesar de los esfuerzos de una década de empresas con mucho más dinero, la realidad aumentada sigue siendo un nicho de mercado. Las Google Glass y las HoloLens de Microsoft no lograron convencer a los consumidores, por lo que Google dejó de vender la última versión de Glass, mientras que Microsoft decidió centrarse en los clientes empresariales.

Brilliant Labs tiene esto en cuenta y juega a largo plazo. Tavangar afirma que sus rivales «Sangran dinero como si no fuera asunto de nadie», mientras que su startup intenta construir sobre una base de rentabilidad.

Los fondos que cita Tavangar proceden de las ventas del primer producto de Brilliant Labs, el Monocle, una lente de realidad aumentada que se acopla a unos anteojos normales. El Monocle lleva incorporadas las extensiones ChatGPT Stable Diffusion, que permiten a los usuarios hacer preguntas, traducir conversaciones y generar imágenes creativas con comandos de voz. Tavangar y sus colegas aún están resolviendo algunos errores, pero el Monocle es un modelo funcional que ilustra hacia dónde se dirige Brilliant Labs.

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