“El derecho a la vivienda como herramienta contra la desigualdad”
Por: Yanio Concepción Silva
En medio de un contexto global marcado por profundas desigualdades sociales, económicas y Esta afirmación cobra mayor fuerza en el escenario actual, donde las consecuencias de la globalización desigual y los modelos económicos extractivos han dejado a millones de personas excluidas de oportunidades dignas. ambientales, las Cooperativas resurgen como una herramienta eficaz para la transformación colectiva.
No es casual que las Naciones Unidas hayan proclamado el año 2025 como el Año Internacional de las Cooperativas, bajo el lema: “Las cooperativas construyen un mundo mejor”. Este reconocimiento subraya el papel crucial que desempeñan en la promoción del desarrollo sostenible, la justicia social y el bienestar comunitario.
Sin embargo, hoy, frente al encarecimiento del suelo urbano, la especulación inmobiliaria y la exclusión habitacional de miles de familias, urge retomar la propuesta de cooperativas de vivienda y de trabajo asociado.
No como un simple programa, sino como un derecho colectivo a vivir con dignidad. consagrado en diversos marcos jurídicos nacionales e internacionales, incluyendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo 25).
Tener acceso a una vivienda segura, asequible y adecuada tiene un impacto directo en la salud, la educación, la empleabilidad y la cohesión social de las personas.
A pesar de que en América Latina existe una fuerte presencia cooperativa, y se conocen experiencias exitosas donde la propiedad compartida y la solidaridad han permitido levantar comunidades sostenibles, resilientes y participativas, el acceso a la vivienda digna sigue siendo una realidad excluyente para amplios sectores, especialmente los de bajos ingresos.
El cooperativismo dominicano debe asumir y resolver este gran reto: hacer de la vivienda una conquista social, como lo hizo con la educación, el ahorro y el crédito solidario.
Solo así podremos cerrar las brechas de desigualdad y garantizar que, más allá de cifras y balances, el cooperativismo siga siendo lo que siempre fue: una herramienta de transformación humana, social y comunitaria.