República Dominicana exhibe el crecimiento económico más destacado de América Latina, superando el promedio regional. Sin embargo, uno de los desafíos que enfrenta es la baja productividad, que es de 0.7% anual en la última década, de acuerdo con el informe “BIDeconomics República Dominicana: panorama de oportunidades”, de 2024, que indica, además, que el país tiene una alta tasa de informalidad, ya que seis de cada 10 dominicanos ocupados no cotizan en la seguridad social.

Esta situación no solo afecta a las empresas, sino que golpea significativamente a los jóvenes dominicanos, quienes representan el 51.05% la fuerza laboral del país, debido a que una gran proporción se enfrenta a escenarios adversos que van desde falta de mayores oportunidades laborales y bajos salarios hasta “fuga de cerebro” y altos costos en educación especializada (maestría, posgrado y doctorado). Este último, que aporta competencias, pero que tiene una alta carga económica para muchos profesionales que no pueden especializarse porque su sueldo no le permite cubrir este tipo de formación.

Massiel Concepción, quien se graduó con honores de la universidad y luego obtuvo una beca para especializarse en el extranjero en el área de hotelería, es uno de los tantos jóvenes que ven desvanecida su esperanza de alcanzar una mejor calidad de vida. A su regreso, tuvo que hacer peripecias para conseguir un puesto laboral que vaya en consonancia con la preparación que había adquirido y optó por entrar a un trabajo que le permitiera ir escalando, pasando de ama de llaves hasta alcanzar una gerencia, lo que le tomó cinco años.

En contraste, otro joven, quien pidió reserva de su nombre, se fue a España tras 10 años de experiencia como abogado. Cuenta a elDinero que logró especializarse en el extranjero gracias a una beca, pero que decidió quedarse a vivir en la nación europea porque entendía que en su país natal no encontraría una posición competente.

Él forma parte del 59.4% de los jóvenes dominicanos entre 26 y 30 años que han considerado o deciden emigrar por la falta de oportunidades laborales y de mejoras salariales, según el último estudio de la Asociación de Jóvenes Empresarios (ANJE). A esto se suma que el 47.8% de los jóvenes devengan un salario inferior a los RD$30,000, mientras que apenas el 33% tiene un sueldo entre RD$30,001 y RD$135,000. En tanto, sólo el 8.5% gana por encima de RD$135,001.

Un caso similar es otro joven consultado por este medio, quien tuvo barreras para especializarse tras culminar sus estudios de grado. Narra que, pese a formar parte de los más de 2.4 millones ocupados formales que registra el Banco Central al tercer trimestre del pasado año, no contaba con el dinero necesario para costear una maestría.

“Al inicio de la maestría, pensé que organizándome lo podía hacer, pero cuando me descontaron la primera cuota, y sin terminar el mes la segunda, se me hizo insostenible costearla (por sus otros compromisos económicos) y abandoné”, detalla.

Al respecto, el vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Mario Pujols, entiende que los jóvenes dominicanos enfrentan múltiples retos en el mercado laboral de hoy. Uno de ellos, cita, es la desconexión entre la oferta educativa tanto a nivel universitario como técnico-profesional y las necesidades del mercado laboral. También, entiende que se requiere un marco laboral que favorezca más la inversión en capacitación.

“Se requiere una mayor productividad para mantener nuestra competitividad y crecimiento”, enfatiza Pujols a este medio.

De hecho, el informe del BID señala que las empresas en República Dominicana buscan trabajadores con destrezas específicas, no obstante, el 54% de los empleadores reporta dificultades para conseguir empleados con el perfil solicitado. También, los datos muestran que existe una desconexión entre la oferta y demanda de capital humano avanzado en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, siglas en inglés). Asimismo, el doctor en Educación, Juan Martínez, citó el desajuste entre competencias y demanda laboral como uno de los desafíos de la juventud dominicana.

“A pesar de estar técnicamente formados, muchos trabajadores enfrentan dificultades para encontrar empleo en sectores saturados o en transformación”, asegura, al agregar que las poblaciones rurales y marginadas enfrentan barreras económicas, geográficas y de infraestructura educativa. También, afirma que la falta de habilidades digitales limita la empleabilidad en sectores emergentes.

Oportunidades

Ante ese panorama, los jóvenes dominicanos representan una oportunidad para incrementar la productividad nacional. En ese sentido, Martínez considera que la formación profesional se erige como una solución para incrementar la productividad empresarial, y así lograr reducir errores, optimizar procesos y fomentar la innovación, lo que, a su vez, aumenta la competitividad en mercados exigentes.

Asimismo, destaca que el aporte de la formación profesional a la productividad es medible a través del incremento de la producción en las empresas, la reducción de costos y rotación de personal, así como la retención del talento.

Además, señala que la formación continua es esencial para que las empresas se adapten con éxito a la transformación digital, al tiempo que permite actualizar competencias, mejorar la capacidad de adaptación y fomentar la innovación dentro de las organizaciones.

De su lado, el psicólogo laboral Miguel Tejada asegura que la formación no solo permite a los empleados aprender nuevas habilidades, sino hacer su trabajo mejor y más rápido. “Imagina que tienes un equipo que sabe usar las últimas tecnologías y metodologías, eso hace que todo funcione de manera más eficiente y con menos errores”, comenta.

También, considera que cuando la empresa invierte en la preparación de los empleados, estos se sienten valorados, motivados y son menos propensos a buscar otros trabajos. Según Tejada, es como decirles: “Nos importas y queremos que crezcas con nosotros”.

Martínez indica que el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) y el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) implementan programas que están diseñados para responder a las necesidades del mercado laboral, pero aún persisten retos.

“Estas iniciativas han sido particularmente efectivas en sectores clave como el turismo y la tecnología, fortaleciendo la competitividad de las empresas en un mercado global”, puntualiza.

Por otra parte, el vicerrector de Extensión y Desarrollo Social del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), Gary Ruiz, asegura a elDinero que los programas académicos de esa institución son innovadores y responden a las necesidades del mercado laboral actual. “La gestión está enfocada en priorizar las tecnologías futuras para adaptar nuestros programas educativos y dar apertura a nuevos, que se ajusten a las futuras tecnologías, tales como semiconductores, logística inteligente, análisis de datos, entre otros”, afirma.

Además, Ruiz destaca que la articulación con los sectores productivos afines a las carreras de esa institución educativa permite una inserción laboral más eficiente. No obstante, resalta la importancia del reconocimiento de la educación técnica superior, la cual, de acuerdo con su criterio, debe estar acompañada de una remuneración justa.

“Es fundamental cambiar la percepción social en el país, mostrando que para ser profesional e insertarse en el mercado laboral no es obligatorio realizar una carrera de grado tradicional, ya que el mercado laboral actualmente está demandando perfiles técnicos”, puntualiza.

De su lado, el titular del Mescyt, Franklin García Fermín, informó a través de un comunicado que esa institución entregó 10,000 becas de posgrado en al ámbito nacional e internacional en 2024, además 16,000 estudiantes se graduaron del Programa de Inglés por Inmersión. Asimismo, el ministerio incluyó 59 universidades internacionales y 549 programas en la convocatoria de becas del año pasado. Durante el período agosto 2020- julio 2024, resalta el ministro, se entregaron 32,095 becas nacionales.

También, en 2023 se entregó igual número que en 2024 de becas para el Inglés por Inmersión, mientras que en 2022 fueron 12,000 estudiantes los beneficiarios. Pese a estos esfuerzos, la institución reconoció que la demanda del programa es mayor que la oferta.

En tanto, datos del Infotep muestran que la entidad educativa benefició a 730,009 participantes con 37,291 cursos técnicos durante el período enero-septiembre de 2024.

De ese total, 390,076 personas obtuvieron capacitación a través de programas con empresas. Al comparar los datos de 2024 con los de 2023, se exhibe un crecimiento de 39,627 participantes el año pasado en comparación con el anterior.

El experto Martínez cita a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece que una fuerza laboral capacitada, además de incrementar la productividad interna, mejora la sostenibilidad y la resiliencia empresarial.

Datos del Foro Económico Mundial refuerzan ese planteamiento al establecer que por cada dólar invertido en formación profesional se puede generar un retorno de hasta cinco dólares en productividad.

Demanda

Para que los estudiantes dominicanos logren ser competitivos y se mantengan así, de acuerdo con el vicerrector de Extensión y Desarrollo Social del ITLA, necesitan formación académica de alta calidad, habilidades transversales (habilidades blandas), dominio de idiomas, capacidad de adaptación y aprendizaje continuo, así como experiencia práctica y proyectos reales. Además, asegura que requieren desarrollo del pensamiento crítico y la innovación, conciencia global y responsabilidad social, así como mentalidad empresarial para emprender.

Asimismo, el doctor en Educación resalta la necesidad de estudios críticos que aborden no solo el contexto del Distrito Nacional, sino también las realidades de las regiones más vulnerables del país. Estas investigaciones, de acuerdo con Martínez, deben analizar el impacto de la inversión en formación técnico-profesional en áreas como sostenibilidad y gestión integral de recursos, felicidad laboral, satisfacción personal, desarrollo profesional continuo, fortalecimiento e instalación de capacidades en comunidades vulnerables, integración de innovación y tecnología, así como bienestar y cohesión social.

De su lado, Pujols, de la AIRD, resalta la importancia de políticas públicas adicionales o “ajustes necesarios” para fortalecer el impacto de la formación profesional en la productividad empresarial. “Para fortalecer el impacto de la formación en la productividad de nuestras empresas continuaremos con el desarrollo de alianzas estratégicas entre las instituciones gubernamentales, educativas y empresas, como es el caso del modelo de triple hélice”, describe.

También, considera necesaria una actualización de los currículos de formación, la cual, a su juicio, debe ser continua. Asimismo, valoró la importancia de fortalecer la educación dual. “La AIRD también es consciente de que mejorar los resultados implica reformas en el sistema de educación no universitaria. Estamos confiados en que el país dará pasos más firmes en esa dirección, por el bien de nuestra economía”, afirma.

Asimismo, para el psicólogo laboral Tejada, uno de los mayores desafíos de los empleados en la actualidad es que se mantengan actualizados con la tecnología. “Todo cambia tan rápido que lo que aprendiste hace unos años puede quedar obsoleto”, refiere, al agregar que el sistema educativo dominicano no está completamente alineado con lo que las empresas necesitan, lo que, a su juicio, puede ser un obstáculo.

Conforme con datos del Banco Interamericano de Desarrollo, las vacantes que requieren habilidades digitales han aumentado, al pasar de 55.5% en 2020 a 61.8% en 2021. Además, refieren que existe una brecha de género amplia en las disciplinas STEM, debido a que el 22% de los matriculados en carreras TIC son mujeres, mientras que 78% son hombres.

Al respecto, el vicerrector de Extensión y Desarrollo Social del ITLA enfatiza que en esa institución se prioriza a las mujeres en los procesos de admisión para cerrar las brechas de género en las carreras STEM. Agrega que la gestión actual trabaja para articular programas de apoyo y patrocinio a mujeres que decidan estudiar una de estas carreras.

El organismo multilateral recomienda establecer consejos sectoriales de habilidades para definir la oferta de formación técnica y profesional que responda a las metas productivas del país, que incluya habilidades verdes, digitales y el dominio del idioma inglés.

Aun así, en el país hay muchos ejemplos de jóvenes que han complementado su preparación académica con maestrías, lo cual, a su vez, les ha permitido escalar en el mercado laboral y conseguir mejores oportunidades, tal es el caso de Alexandra Medina, quien profundizó sus conocimientos sobre márquetin digital en España. Esto le permitió, afirma, ingresar a una de las agencias de márquetin más importantes de República Dominicana. “Por los conocimientos que adquirí pude obtener mi trabajo actual”, cuenta a elDinero.

De su lado, Mario Joel Aldaño, quien estudió Licenciatura en Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras, también se especializó con una maestría en Márquetin Digital en España. A su regreso al país, esta formación le permitió conseguir un puesto de asistente en un hotel, y aunque admite que no era directamente en su área, más adelante logró entrar a un departamento comercial que sí estaba relacionado con su área de preparación.

“Luego de ahí (departamento comercial), logré la gerencia que tengo actualmente. La formación me ha abierto puertas laborales”, expresa Aldaño, al tiempo de señalar que la especialización hace más competitivos a algunos candidatos respecto a otros, cuando optan por un puesto de trabajo.

Carreras del futuro

En un mercado laboral competitivo, según el doctor Martínez, las carreras más demandadas son las tecnologías de la información (TI), que abarcan especialidades en ciberseguridad, inteligencia artificial (IA), desarrollo de “software” y análisis de datos. Además, técnicos en paneles solares, eficiencia energética, economía circular y gestión de recursos sostenibles en el sector de energía.

En el sector de logística y transporte, el mercado laboral actual demanda técnicos que gestionen cadenas de suministro globales, que incluyan, también, la integración de tecnologías automatizadas para el seguimiento y optimización de procesos.

Asimismo, se requieren técnicos en biotecnología y terapias avanzadas en el sector salud, mientras que en el sector de industria de semiconductores se requieren ingenieros en diseño y fabricación de microprocesadores, así como dispositivos electrónicos.

En cambio, en el sector de la robótica y líneas de ensamblaje automatizadas se necesitan especialistas en la implementación y mantenimiento de sistemas robóticos. Con este catálogo coincide el psicólogo laboral Tejada, quien agrega que las carreras en negocios y administración son fundamentales para gestionar y hacer crecer las empresas.

Productividad de RD

Durante su participación en la edición más reciente del Foro Económico del periódico elDinero, la representante del BID en República Dominicana, Katharina Falkner-Olmedo, aseguró que el “bajo” nivel de educación de los estudiantes dominicanos es el factor principal que frena la productividad. De hecho, dijo que los estudiantes formados en República Dominicana tendrán una brecha de cuatro años para lograr ser competitivos.

Explicó, además, que un estudiante dominicano de 15 años tiene el mismo conocimiento que uno europeo de nueve, mientras que el desempeño de un estudiante criollo de 15 es igual al de uno chileno de 11.

No obstante, aseguró que el país caribeño posee “grandes” oportunidades para superar esos desafíos. Uno de ellos, puntualizó Falkner-Olmedo, es la inversión en el bienestar de los dominicanos. “Eso significa más y mejor educación, habilidades del siglo XXI, así como servicios de salud y protección social para asegurar que cada ciudadano pueda tener una vida digna y podamos aumentar esta productividad que tanto necesitamos”, enfatizó.

El informe “Análisis del crecimiento de la productividad en América Latina: casos de Costa Rica, Guatemala y República Dominicana”, del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA), correspondiente a 2024, detalla que, a pesar de que la productividad laboral de República Dominicana (2.4%) se ubica por encima del promedio regional, que es de 0.8%, ha experimentado un crecimiento inestable y con tendencia decreciente en los últimos años. De hecho, destaca que los motores de crecimiento del país están llegando a sus límites debido al “lento avance” de la productividad.

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