El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se unió oficialmente a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa de la presidencia brasileña del G20 para acelerar los esfuerzos por erradicar esos flagelos y reducir la desigualdad en todo el mundo.

El BID anunció que asignará hasta US$ 25.000 millones en financiamiento a sus países miembros para apoyar la implementación de las políticas y programas contemplados en la Alianza. Estas iniciativas serán lideradas y gestionadas por los países para acelerar el progreso de la lucha contra la pobreza y el hambre entre 2025 y 2030.

Como parte del compromiso, el BID se asegurará de que el 50% de los nuevos proyectos aprobados beneficien directamente a los pobres, especialmente a mujeres, afrodescendientes y poblaciones indígenas, que son los más afectados por la pobreza. En BID Lab, el 60% de los nuevos proyectos aprobados beneficiarán directamente a sectores pobres y vulnerables.

El BID también apunta a servir de brazo financiero clave de la Alianza. Mediante la reasignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional como mecanismo híbrido de financiamiento a los bancos multilaterales de desarrollo, organizado junto con el Banco Africano de Desarrollo, el BID podrá poner más financiamiento a disposición de los países para implementar las políticas en el marco de la Alianza.

Este nuevo mecanismo, aprobado por el directorio del FMI, permitirá al BID aumentar significativamente su financiamiento. Por ejemplo, por cada US$ 1.000 millones equivalentes de DEG canalizados a través del BID, éste podría generar unos US$ 7.000 millones en financiamiento adicional.

Esto podría significar que, por ejemplo: 4 millones de familias en situación de pobreza extrema perciban transferencias de efectivo, mejorando sus ingresos y su seguridad alimentaria.

También , que 1.3 millones de madres y niños reciban intervenciones esenciales de atención materna, neonatal e infantil y de nutrición. 2.1 millones de familias en situación de pobreza accedan a programas de apoyo a la crianza de los hijos;

Permitirá que 10 millones de niños reciban viandas escolares; y  600.000 pequeños productores rurales reciban tecnología agrícola climáticamente inteligente, mejorando su productividad y seguridad alimentaria.

Además, el BID proporcionaría hasta US$ 200 millones en asistencia técnica no reembolsable a sus países miembros para diseñar, implementar, evaluar, mejorar y ampliar políticas y programas prioritarios en el marco de la Alianza. Esto incluye, entre otras intervenciones, programas de protección social para beneficiar a niños y familias, acceso al agua y otras infraestructuras básicas, inversiones en el desarrollo de la primera infancia y en educación de calidad, servicios de salud y nutrición, ampliación de los programas de comidas escolares, y apoyo a los pequeños agricultores.

Por último, el BID también se comprometió a trabajar con Brasil en una revisión a mediano plazo de los progresos de la Alianza.

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