Por José Lois Malkún
Casi un 30 por ciento de las empresas importadoras operan en la informalidad en República Dominicana, situación que dificulta la regulación de este segmento, según cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) dadas a conocer recientemente.
Se supone que, para poder importar, esos negocios traen su mercancía con facturas muchas veces subvaluadas, pagan arancel e ITBIs cuando corresponda y tendrían que estar registrados en la DGII.
Al cierre de 2023, el país registró 51 mil importadores, entre entidades y personas físicas, sin embargo, un 29.9% de este total, equivalente a 15 mil 264, no están reguladas en el marco legal.
Y yo me pregunto ¿Cómo una empresa o persona informal puede importar bienes si no están reguladas en el marco legal?
Ese marco legal exige un registro mercantil, tener un RNC, una certificación de la DGII y vender sus productos con factura fiscal.
Eso yo lo llamaría contrabando legalizado porque esos bienes importados son distribuidos o vendidos por negocios o personas que operan en la informalidad, donde no pagan ITBIs, no pagan beneficios sociales a sus trabajadores, no pagan ISR y emplean a inmigrantes ilegales sin ninguna consecuencia.
Hay países de la región que están usando la Inteligencia Artificial o el Big Data para rastrear la informalidad y ponerles coto a sus operaciones, salvo que no se formalicen.
Mi imagino que el 90% de los bienes que se venden en amplias zonas de la capital y otras ciudades, como la famosa VILLA COM, refiriéndose a Villa Consuelo, son bienes traídos por negocios informales, como sucede en el barrio chino.
Y no debe sorprendernos ya que el 85% de las microempresas del pais operan en la informalidad y el 56% de los trabajadores laboran en esos negocios informales.
Eso obviamente, afecta la competencia de los negocios formales que tienen que pagar ITBIs, ISR, y la seguridad social de sus trabajadores.
Por ejemplo, el salario total pagado por los importadores informales fue de 34,811.5 millones de pesos, lo que equivale al 44.9 % del total de salarios pagados por los empleadores formales.
La reforma fiscal debe abordar el sector informal de la economía y ponerlos a pagar tributos, aunque mantengan su estatus actual por un tiempo.
Sabemos que esos negocios, aunque se formalicen no pueden acceder al crédito bancario fácilmente salvo que organicen su contabilidad y muestren claramente su capacidad de pago. Pero no se equivoque. Hay grandes empresas distribuidoras que operan en la informalidad y sus ventas pueden superar con creces la de cualquier empresa informal de mediano o gran tamaño.
Sería importante conocer también el valor de las importaciones de esos negocios informales y qué tipo de bienes importan. Y no tengo dudas de que muchos subvalúan los precios de las mercancías para pagar menos arancel e ITBIs.
Finalmente, reconocemos que estas microempresas operan en la informalidad por diversas razones donde se destacan las excesivas cargas impositivas y costos laborales, lo que también hay que tomar en cuenta en la nueva Reforma Fiscal y del Código Laboral.