El director ejecutivo de TikTok, Shou Zi Chew, en las oficinas de ByteDance, propietaria china de TikTok, en Shanghái, el miércoles 25 de enero de 2023. (Ore Huiying/The New York Times)

En el verano de 2020, en pleno afán de reelección y buscando nuevas formas de castigar a China, el entonces presidente Donald Trump amenazó con eliminar TikTok de los celulares de millones de estadounidenses, a menos que su empresa matriz accediera a vender todas sus operaciones en Estados Unidos a propietarios estadounidenses. El intento fracasó.

Ahora, más de dos años después, tras largos estudios sobre cómo las autoridades chinas podrían utilizar la aplicación para todo, desde la vigilancia a las operaciones de información, el gobierno de Biden está probando una medida sorprendentemente similar. Está mejor organizada, examinada por juristas y coordinada con nuevos proyectos de ley en el Congreso que parecen contar con un considerable apoyo bipartidista.

Sin embargo, poner TikTok a salvo de la explotación china —como herramienta para que los funcionarios chinos vigilen los gustos y el paradero de los estadounidenses, como punto de entrada a los teléfonos que contienen toda su vida y como forma de bombear desinformación— resulta más difícil de lo que parece.

Las tensiones en torno a la aplicación llegarán a su punto álgido el jueves, cuando el director ejecutivo de TikTok, Shou Chew, ubicado en Singapur, testifique ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, una audiencia que dará a demócratas y republicanos por igual la rara oportunidad de expresar sus sospechas directamente a la empresa. El martes, Chew publicó un TikTok desde la cuenta principal de la empresa, declarando que “algunos políticos” están intentando quitar la aplicación a 150 millones de usuarios en Estados Unidos, incluyendo pequeñas empresas.

No obstante, después de dos años de negociaciones con TikTok sobre la incorporación de nuevas protecciones, no está claro que haya nada que la empresa pueda hacer, salvo entregar toda la operación a los estadounidenses, que satisfaga las preocupaciones de las agencias de inteligencia de Estados Unidos. El segundo funcionario del Departamento de Justicia y otros han rechazado de hecho las propuestas de ByteDance, la empresa matriz de TikTok, para responder a estas preocupaciones.

Cualquier decisión de eliminar la aplicación, ya sea prohibiéndola para 150 millones de usuarios en Estados Unidos o bloqueando nuevas descargas, sería políticamente tensa para Biden. Nadie ha resumido mejor el dilema político que Gina Raimondo, la secretaria de Comercio, que está en el centro de los nuevos controles de exportación impuestos a los productos de alta tecnología destinados a China.El presidente Joe Biden habla durante una recepción para celebrar el Nowruz, en la Sala Este de la Casa Blanca en Washington, el lunes 20 de marzo de 2023, mientras la primera dama Jill Biden observa. (Doug Mills/The New York Times)

“La política que hay en mí piensa que se perderán literalmente a todos los votantes menores de 35 años, para siempre”, declaró hace poco a Bloomberg News.

Raimondo y otros funcionarios añaden rápidamente que la mala política no es razón para dar marcha atrás en una prohibición total si la amenaza a la seguridad nacional lo justifica. El problema se complica aún más por el hecho de que algunas de las mayores organizaciones de noticias del mundo, incluyendo The New York Times, tienen ahora cuentas de TikTok, lo que significa que cerrar la aplicación podría parecer que se está cerrando la difusión de noticias basadas en hechos para contrarrestar la desinformación china.Continuar leyendo la historia

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