Un grupo de empresarios agropecuarios argentinos acaba de volver de una gira por Estados Unidos que comenzó en Silicon Valley y San Francisco, para conocer los últimos avances que se están dando en inteligencia artificial e innovación tecnológica, y continuó por Iowa e Illinois, para ver producción de maíz y soja. Hubo muchas cosas que llamaron la atención de los participantes, que resumieron Matías Amorosi y Diego Curat, directores de la consultora Az-Group, organizadora del viaje.

Según explican, en Estados Unidos se está avanzado con “el modelo para el campo del futuro”, donde existe la posibilidad de que la producción sea sin productores agropecuarios ni asesores en el campo, sino desde la computadora. Mediante la inteligencia artificial buscan automatizar todas las tareas simples que hoy hacen los asesores para que, de a poco, se desarrolle un ecosistema donde se integren todos los datos para la producción. Además, están trabajando en georreferenciación de todos los campos de ese país y del resto del planeta para tenerlos mapeados como hacen Waze y Google Maps con los caminos.

Ocurre que el país del norte tiene un problema grave con la edad de los farmers: el promedio etario es de 65 años, frente a 45 de la Argentina y las generaciones que hoy están a cargo no tienen continuidad. “Cada vez más, las tecnologías van supliendo algunos roles y promoviendo otros distintos para las nuevas generaciones, con miras a darle continuidad a esta transformación, que no es de un día para otro, pero es algo que se viene. Hace unos años, cuando se hablaba de futuro, las proyecciones eran a 10 años. Esto está en constante aceleración; hoy el futuro es cinco años, y últimamente estamos hablando de tecnologías disruptivas que aparecerán en los próximos tres años”, adelantó Amorosi.

En el terreno de tecnología agrícola hubo mucho para ver durante el viaje. En Illinois están desarrollando maíces de menor altura, que se van a lanzar en dos o tres años, para disminuir el vuelco y para que los nutrientes vayan al grano en vez de ir al follaje. Además, buscan granos más grandes y con mayor contenido de aceite”, contó Matías.El grupo de empresarios agrícolas argentinos en San Francisco.

En Estados Unidos también están trabajando en una variedad de soja que va a rendir 6000 kilos por hectárea de promedio, que llegará al mercado en 2027 o 2028. “Los semilleros están en una carrera desenfrenada en pos del mejoramiento genético que logre mayores rindes de los cultivos”, destacó Curat.

Otra de las tecnologías presentes hace años en la zona núcleo del país es el riego subterráneo por medio de tuberías. Muestra la eficiencia que generan los farmers en cada milímetro de agua aplicado. El sistema también permite distribuir fertilizantes líquidos y drenar los campos luego de los encharcamientos que produce el derretimiento de la nieve. El agua drenada va a una instalación de almacenamiento que permite su uso en otro momento para estabilizar la producción.

Para el manejo agrícola “están trabajando en inteligencia de cultivos mediante datos de satélites, estaciones meteorológicas y sensores edáficos para optimizar decisiones empresarias”, afirmó Curat.

Enseñanzas

En líneas generales, hay mucho que aprender de lo que se están haciendo los productores en Estados Unidos. “Al igual que cuando uno viaja a Brasil, se puede ver a los empresarios agropecuarios emprendiendo sin titubear. Además, los jóvenes no dudan en avanzar con sus proyectos de innovación tecnológica y en atraer a inversores, buscando productos que solucionen problemas para muchas personas. Detrás de ellos, hay grandes empresas dispuestas a invertir millones de dólares en estos proyectos, pero sobre todo en ideas, personas y equipos”, resaltó Curat.

“Escuchamos muchas veces la palabra “mindset” (programación mental para el éxito) como una forma de desarrollar ideas, probarlas, convencer y avanzar, Sin dudas, se vuelve sorprendido de este microclima que se vive en todas estas empresas, sean grandes o start ups”, agregó.

En Estados Unidos, lo extraordinario ocurre de manera ordinaria. Todo parece muy alejado de la realidad, pero está empezando a pasar rompiendo barreras mentales. En ese mundo emprendedor, los desarrollos de robots ya han tomado forma humana y pueden trabajar para el hombre y conversar con él fluidamente igual que una persona. Por ejemplo, lavan platos y hablan con un humano al mismo tiempo. “No hay una sola firma desarrollando esto, sino miles de empresas desarrollando robots y la carrera es quién arma el mejor y le imprime eso que tienen los seres humanos, llamado emociones y sensibilidades”, destacó Amorosi.

La inteligencia artificial también viene para reemplazar algunos puestos de trabajo, como el de pintor o el de cortador de pasto; lo mismo están pensando con los conductores, como los taxistas, transportistas o pilotos, porque su trabajo se va a hacer exclusivamente con máquinas inteligentes. Con lo cual se va a necesitar, al mismo tiempo, otros puestos de trabajo enfocados en distintas tecnologías.

Hacia adelante, Amorosi desafió: “Debemos repensar nuestras empresas y aprender cómo pasar de la recolección de datos a obtener información que nos permita tomar mejores decisiones, especialmente a partir de la digitalización de nuestros procesos. Debemos estar en la lista de los países innovadores y, para lograrlo, necesitamos reglas claras que permitan las inversiones que vimos entre los empresarios estadounidenses durante este viaje”.

“Además, es nuestra responsabilidad subirnos cuanto antes al tren de la tecnología que está llegando y que no se puede resistir. Debemos seguir avanzando en todo lo que se está haciendo para enfrentar los cambios de manera profesional, en un proceso de transformación que no ocurre de un día al otro, razón de más para empezar ya”, concluyó.

Clarín

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