El incremento de la oferta energética en República Dominicana, la profundización en la diversificación de la matriz, así como el fortalecimiento de la infraestructura y el marco institucional forman parte de los objetivos estratégicos del sector.
Además, es necesaria una inversión en transmisión de energía, al tiempo de profundizar la universalización del servicio eléctrico. Así lo afirmó el ministro de Energía y Minas, Joel Santos Echavarría.
Durante su participación en el Energy Summit 2025, que se celebró en el hotel El Intercontinental, el funcionario informó que la demanda energética en el país caribeño se ha multiplicado al pasar de 11,772 gigavatios en 2011 a 24,500 gigavatios en 2024. Esto, de acuerdo con Santos Echavarría, refleja el crecimiento económico de Quisqueya.
Asimismo, indicó que en tres años se proyecta una inyección de 30,000 gigavatios al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI). Para lograrlo, precisó, se están desarrollando siete plantas térmicas que sumarán 2,179 megavatios a la capacidad instalada, equivalente a un incremento de un 54%, las cuales permitirán estabilidad al sistema y reducir costos.
Energías renovables
Santos Echavarría aseguró que República Dominicana alcanzará aproximadamente 2,800 megavatios de energías renovables en 2028, como parte de la profundización en la diversificación energética. Se estima que a 2030 la matriz energética integre una producción de un 30% de energías renovables.
“En 2020, la capacidad instalada de energías renovables en el país era de 555 megavatios. Sin embargo, el 2024 cerró con algo más de 1,300 megavatios, es decir, en ese período más que se duplicó la capacidad instalada”, precisó.
Datos del Ministerio de Energía y Minas establecen que actualmente hay 33 proyectos en operaciones (1,400 megavatios), mientras que otros 20 están en construcción (1,006 megavatios), en tanto que otros 51 (casi 3,000 megavatios) están en proceso de trámite.
Almacenamiento
El superintendente de Electricidad, Andrés Astacio, indicó que el reto de República Dominicana en materia energética es profundizar el proceso de transición que ha iniciado.
Se trata, detalló el funcionario, de un proceso de transición que va a completar un nuevo ecosistema en la prestación del servicio a los usuarios finales. Para lograrlo, el país se ha abocado hacia un proceso de penetración de almacenamiento de energía, el cual, a su juicio, debe dar seguridad y fiabilidad a la industria eléctrica.
En esto coincide el ministro Santos, quien subrayó que el mayor reto de las energías renovables, que se concentran más en fotovoltaica, es el almacenamiento. Esto así, porque la energía solar se produce en horas diurnas, no obstante, el “pico” de la demanda energética se alcanza en la noche.
De un total de 71 proyectos de energías renovables que están en proceso en República Dominicana, 39 cuentan con un sistema de almacenamiento de energía con baterías (BESS), mientras que otros 31 están provistos de almacenamiento, o sea, que no utilizan baterías.
Astacio destacó que desde la Superintendencia de Electricidad se está trabajando en la adecuación y modernización del marco regulatorio, que pueda brindar seguridad y previsibilidad a los inversionistas y usuarios con relación al SENI.
Asimismo, Santos Echavarría destacó la necesidad de actualizar la Ley 125-01, que es la Ley General de Electricidad, de 2001.
“Tenemos que adaptar nuestra legislación a un sistema energético completamente diferente”, enfatizó, al tiempo de resaltar la importancia de adaptar la legislación para los próximos 25 años.
La gente no paga
Durante el evento, el presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), Celso Marranzini, aseguró que el “gran reto” de las distribuidoras es lograr que todos los usuarios que reciben el servicio de energía eléctrica paguen su factura.
“Aquí hay una parte de la población que cumple fielmente con su pago de factura. Sin embargo, hay otra (en todos los estratos sociales) que entiende que la electricidad es un bien divino que no se paga y no es así”, lamentó.
Ante la pregunta de cómo hacer para eliminar la cultura de “no pago”, Marranzini respondió que hay que dar “ejemplos” a través de un régimen de consecuencias.
También, el funcionario afirmó que las empresas de distribución eléctrica no tienen margen de beneficios. “Hoy las distribuidoras podrían cobrar el 100% y, sin embargo, no serían rentables”, enfatizó al tiempo de añadir que estas compran el kilovatio de energía en 15 centavos y medio y lo venden en 16 centavos.
En su intervención, vio positivo que las distribuidoras sean 100% estatales con “cierta” participación del sector privado. De hecho, consideró que, en vez de tres distribuidoras, haya solo una.
Lo que sucede en República Dominicana, explicó el funcionario, es que el subsidio eléctrico es universal, lo cual significa que, incluso los que no lo necesitan y pueden pagar su tarifa eléctrica, están siendo beneficiados.
Asimismo, manifestó que otro de los retos de las empresas de distribución es la reducción de pérdidas hasta un 28% hacia 2027.
Sector eléctrico
Durante el panel “360°: De la estrategia a la revolución”, que formó parte del evento, el vicepresidente de la empresa Seaboard, Armando Rodríguez, aseguró que la diversificación de la matriz energética en República Dominicana no ha descuidado su visión de negocio. “El sector eléctrico se fundamenta sobre grandes inversiones que requieren retorno”, puntualizó, al tiempo de resaltar la evolución de un sistema deficiente hacia uno donde prima la “calidad del servicio público”.
También, destacó que la línea de transmisión 345kV que conecta al norte y el sur, una obra de 130 kilómetros que estará lista el 28 de junio y se inaugurará el 9 de julio, es “el proyecto más importante en materia de transmisión de los últimos años”.
De su lado, el presidente de AES Dominicana, Edwin de los Santos, valoró la importancia de un sistema eléctrico que cuente con políticas públicas “bien planificadas”. “Hemos aprendido a ser más selectivos y ponderados en las inversiones que hacemos”, afirmó De los Santos, cuya empresa ha superado los US$2,400 millones en inversión en el país.
En un mundo de “multipolarización global”, interrupciones en la cadena de suministro y el crecimiento exponencial de la demanda (impulsado por los centros de datos, que se proyecta que crecerán un 14% en EE. UU. solo en ese segmento), De los Santos enfatizó la necesidad de ponderar la seguridad energética nacional y regional, la eficiencia y la sostenibilidad frente al “irrefutable tema del cambio climático”.
Alertó sobre las experiencias de países como Chile, España y Texas (en Estados Unidos), que sufrieron “alteraciones importantes” debido a una “penetración grande de energías renovables” combinada con una “baja penetración de sus mercados de almacenamiento de energía”.
“Nunca había visto en República Dominicana actores del sector eléctrico tan comprometidos a que las cosas pasen bien”, aseguró Guillermo Estrella, quien es socio de Energía 2000. Para Estrella, lo que se vive es “una revolución” donde la matriz se diversifica con un “sector privado pujante” que, en sinergia con el Estado, está haciendo posibles grandes cambios, a pesar de los desafíos externos como los precios de los combustibles.
Sector industrial
La presidente de InterQuímica, Elena Viyella, afirmó que el sector eléctrico dominicano exhibe avances significativos, ya que anteriormente el sector industrial recurría a la utilización de plantas eléctricas, sin embargo, la calidad de la energía y la confiabilidad de la entrega y del suministro, que a su juicio, son fundamentales para el sector industrial, han mostrado una mejora.
Asimismo, Viyella abogó por la colaboración entre Gobierno y sector privado para “planificar esas necesidades de energía” y buscar eficiencias, como tarifas diferenciadas en horas de menor consumo, para que la industria dominicana sea “más competitiva”.