En la actualidad, la interconexión eléctrica en América Latina avanza mediante conexiones bilaterales y esfuerzos subregionales. Un ejemplo citado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC), que integra seis países de Centroamérica a través de 1,800 kilómetros de líneas de transmisión.

Se trata de una realidad de la cual República Dominicana está exenta. “El rol de la integración energética, que para algunos países es súper importante, para República Dominicana no es una opción”, explicaron expertos del BID. En ese sentido, instaron a entender las particularidades de cada uno de los países, al momento de plantear soluciones al sistema eléctrico y hablar de transición energética.

Al conversar con este medio, los especialistas del organismo internacional expresaron que es difícil para algunas naciones pasar directamente a las fuentes renovables, como eólica o solar. “Algunos destinos podían pudieran utilizar el gas como como un elemento para transaccionar y lograr pasa de petróleo a gas y luego a fuentes limpias, a pesar de que el gas tiene un factor de emisiones”, añadieron.

El flujo de inversión extranjera directa (IED) en energía ascendió a US$826.9 millones al tercer trimestre, según datos del Banco Central de República Dominicana. De hecho, fue el de mayor crecimiento en este período, agregó el Ministerio de Energía y Minas (MEM).

Si bien dicha inyección de dividas fueron destinadas a proyectos de generación renovables, desde el BID destacan que no solo se puede requerir generación base y adicional, sino también redes de transmisión. “La distribución, al final del día son supernecesarios para la satisfacción de los de los usuarios”, expresaron.

No obstante, aclararon que depende de cada país determinar cuáles son las inversiones prioritarias dentro del sector, aunque entienden que hay países que necesitan reforzar sus redes de transacción y distribución, como es el caso de República Dominicana. “Hay países que necesitan reforzar el sistema de generación y eso varía de un país a otro. Todos los países tienen planes de expansión en su mayoría, donde de alguna u otra.

De acuerdo con los expertos, para América Latina y el Caribe, en promedio, el BID ha gastado en el sector eléctrico alrededor de US$30,000 millones. Esa cifra es apenas la mitad de lo que se requeriría para lograr los objetivos climáticos.

Señalaron que la suma alcanza los US$60,000 millones al año y el sector privado jugaría un rol fundamental. “El sector privado está llamado a cumplir un rol súper importante en la ejecución de estas nuevas generaciones. Especialmente en un contexto donde la mayoría de los Gobiernos de América Latina tienen fuertes restricciones fiscales y pocas capacidades”, sostuvieron. Además, destacaron el endeudamiento, el cual se veria afectado al asumir nuevos compromisos. “El sector privado es el que deberá ejecutar y tomar nuevas inversiones”, concluyeron.

Región

El BID destaca que, en la región, cuenta con iniciativas que tienen como objetivo profundizar la interconexión eléctrica. Entre ellas, el Sistema de Interconexión Eléctrica Andina (SINEA), que busca conectar a Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú. Así tambien citan el Sistema de Integración Energética del Cono Sur (SIESUR), que incluye a Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, además del Arco Norte, que conecta a Guyana, Surinam, la Guyana Francesa con Brasil.

Señalan que estas iniciativas son fundamentales para la consolidación de un mercado energético regional integrado, promoviendo la eficiencia, seguridad energética y el desarrollo sostenible a través del aprovechamiento compartido de recursos energéticos. Si la red regional se integra con el 80% de las energías renovables, se pueden ahorrar US$23,000 millones y 0.7 gigatoneladas de CO2e para 2030.

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