El Banco Popular de China (BPC) ordenó el domingo a los bancos comerciales que empiecen a bajar las tasas de interés de todos los préstamos para vivienda existentes, en una medida radical para ayudar a aligerar la carga hipotecaria de los hogares afectados por la desaceleración de la economía.

Todas las entidades comerciales deberán reducir por tandas las tasas de las hipotecas existentes antes del 31 de octubre a no menos de 30 puntos básicos por debajo del tipo preferencial para préstamos del BPC, según un comunicado del banco central.

En el último año, China ha puesto en marcha una serie de medidas de estímulo inmobiliario. La mayoría de los gobiernos locales, salvo algunas megalópolis como Pekín y Shanghái, han eliminado las tasas hipotecarias mínimas, pero las medidas no han conseguido impulsar las ventas ni aumentar la liquidez en un mercado que rehuye a los compradores.

Las anteriores reducciones de las tasas hipotecarias beneficiaron sobre todo a los nuevos compradores, dejando a los actuales propietarios con préstamos a tipos más altos. Esto hizo que los hogares se apresuraran a amortizar de manera anticipada las hipotecas existentes, limitando aún más el gasto y el consumo de las familias.

“A medida que se profundiza en las reformas de las tasas de interés orientadas al mercado y que la relación entre la oferta y la demanda en el mercado inmobiliario experimenta cambios importantes, el actual mecanismo de fijación de precios de los tipos hipotecarios ha puesto de manifiesto algunas deficiencias”, señaló el BPC en su comunicado.

“Ante la fuerte reacción del público, el mecanismo necesita ajustes urgentes y una optimización”, añadió.

El valor pendiente de las hipotecas individuales se situó en 37,79 billones de yuanes (5,39 billones de dólares) a finales de junio, lo que supone un descenso interanual del 2,1%, según datos oficiales.

La decisión de recortar las tasas hipotecarias, ampliamente esperada, pretende reactivar el mercado inmobiliario chino, afectado por la crisis, y aliviar la cautela de los consumidores, que ha llevado a la segunda economía mundial al borde de la deflación.

El sector inmobiliario chino, antaño uno de los pilares de la economía, ha ido dando tumbos de una crisis a otra desde 2021, cuando las medidas reguladoras contra el elevado apalancamiento de los promotores desencadenaron una crisis de liquidez.

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