Si pensáramos una fórmula “sencilla” para medir el éxito económico de una empresa, podríamos decir que “hay que vender más, gastar menos y ganar más”. Sin duda, si se logra lo anterior, sería igual al concepto general de “Éxito” (E), al cubrir uno de los objetivos básicos de la empresa, que es generar utilidades.

Sin embargo, pensando en la iniciativa de Mejores Empresas y su propósito primario de acompañar, asesorar y reconocer a las compañías medianas y privadas que hacen bien las cosas, debiéramos sustituir la (E) de Éxito por la (E) de Excelencia; así, y según nuestra metodología de creación de valor (Deloitte Value Map), esta estaría dada por múltiples factores como sigue:

Traduciendo la ecuación anterior, la excelencia (E) estaría dada entonces por la integración del talento y la sostenibilidad (TyS) en el negocio, buscando el crecimiento en ventas (CV) y un mayor margen operativo (MO), a la par de un manejo eficiente de los activos (EA); todo eso, multiplicado por las acciones que le permitan subsistir a lo largo del tiempo, apalancándose en sus fortalezas para responder a factores externos (FFE).

Sin poder ignorar mi formación ingenieril, quisiera desagregar cada elemento de la fórmula.

Empezando por TyS, se refiere a dos temas fundamentales, el primero, considerar realmente al Talento como uno de los principales activos de la organización, analizando su ciclo a través de la empresa, es decir desde su atracción, su inducción, capacitación, desarrollo, compensación y reconocimiento (incluyendo salario emocional), incluso/hasta su salida de la organización (si ese fuera el caso). El segundo, trata sobre el eje ambiental de la sostenibilidad, o, dicho de otra forma, las acciones realizadas para disminuir el impacto de la operación en el medio ambiente, así como las de responsabilidad social empresarial al interior y al exterior de la compañía.


Al hablar sobre crecimiento en ventas (CV), se trata de ir más allá de “vender más o vender más caro”, centrando la operación del negocio en el cliente, sus necesidades y sus hábitos cambiantes de consumo; estar cerca de estos, te permite ajustar tu portafolio de productos o servicios, identificar necesidades de atención en otras geografías (por ejemplo), obtener retroalimentación valiosa que te dé la pauta para entregar “mayor valor por su dinero”, así como fortalecer las acciones comerciales, vendiendo más, claro, pero también vendiendo “bien”.

Un mayor margen operativo (MO) guarda mucha relación con una cultura y espíritu de mejora continua, donde cada vez se busque hacer las cosas mejor, y con ello, reducir/optimizar la estructura de costos y gastos (sin comprometer la calidad, por supuesto). En este sentido, tomar como propias las 4 P de la mejora continua: pequeñas, prácticas, positivas, periódicas, ha demostrado su eficiencia en términos operativos y de incremento de la productividad.

Administrar eficientemente los activos (EA), se refiere en primera instancia, a identificar los activos (de cualquier índole) requeridos para una operación eficiente, para después determinar el esquema más adecuado para contar con estos (ejemplo: adquisición o arrendamiento). Establecer, además, programas para su mantenimiento, renovación y/o actualización, así como proveer capacitación y entrenamiento para su uso diario serán claves para la excelencia (E).

Lo obtenido con la fórmula hasta este punto, sin duda se potencia en la empresa si esta busca “multiplicar” las cosas que ya hace bien (sus fortalezas) para responder a factores externos (FFE), preparándose hoy, para existir mañana. Diversas estadísticas hablan de que solo 3 de cada 10 empresas llegarán a la tercera generación, o que más del 70% de las empresas no sobrevivirán su quinto año de operación. Para contrarrestar este dato, las organizaciones pueden fortalecer su planeación estratégica, establecer una estructura formal de Gobierno Corporativo, identificar los riesgos a los que está sujeta (definiendo acciones y responsables en caso de materializarse), así como promover siempre una excelencia operativa, donde cada persona que forma parte de la empresa sepa cómo contribuye su trabajo a la misión y visión de la organización.

Considerando que en toda ecuación o fórmula puede haber incógnitas, toda vez que una compañía se inscribe y nos deja conocer su modelo de negocio y sus prácticas de gestión, potencia el resultado. Partiendo de una premisa fundamental del programa, que es que “el conocimiento crece cuando se comparte”, todos estos datos son analizados como parte de una comunidad empresarial o de un sistema que permite despejar “soluciones” o, mejor dicho, mejores prácticas, que nos lleven a ser mejores.

En Deloitte por medio de MECA estamos comprometidos con la empresa mediana privada centroamericana, y buscamos contribuir con su mejora continua y crecimiento, por lo que todas las compañías que participen y concluyan el proceso, recibirán un diagnóstico integral sin costo, de todos los componentes de esta fórmula de excelencia (E).

Por: Pilar Ruiz de Chávez, socia de Mejores Empresas de Latinoamérica Deloitte.

Si te gustó compartelo!