La OPEP estimó que la industria petrolera mundial necesitará inversiones por 12.1 billones de dólares de aquí hasta 2045 para poder cubrir el aumento de la demanda de “oro negro” y evitar una crisis de suministro.
Este es uno de los puntos claves que resalta la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe anual sobre la evolución del mercado de crudo a medio y largo plazo, donde pide “no demonizar” la financiación de esta fuente fósil de energía.
El documento, titulado “Perspectiva Mundial del Petróleo 2022” (WOO 2022, en inglés) y presentado hoy en Abu Dabi, vaticina que el consumo mundial de crudo seguirá aumentando en la actual década, antes de estancarse.
Hacia 2045, prevé que se situará en una media de 110 millones de barriles diarios (mbd), un 10% que el nivel actual.
Con una postura crítica hacia las estrategias que, para mitigar el cambio climático, dirigen los flujos de dinero cada vez más al desarrollo de energías limpias, la OPEP insta a “no demonizar” la financiación del petróleo y del gas.
Los países productores de estas fuentes fósiles, entre ellos los 13 socios de la OPEP, se ven enfrentados a una “contradicción”, indica la organización en su informe.
Por un lado, se les pide que “respondan a las tensiones de los mercados internacionales aumentando la producción de petróleo y gas” y, por otra parte, “hay llamadas a reducir el uso de petróleo y gas, y movimientos para desalentar activamente las inversiones en la industria” de estas fuentes fósiles, explica.
Y advierte que “los esfuerzos por desalentar la exploración y el desarrollo del petróleo están destinados a sembrar las semillas de una crisis energética más pronunciada”.
Recuerda que por ser un recurso no renovable, el crudo requiere de constantes inversiones para compensar el declive natural de los yacimientos y mantener un determinado nivel de producción.
Dado que “la tasa media de declive anual de la industria es de alrededor del 5%”, únicamente para mantener la producción actual en torno a los 100 mbd hay que añadir una producción adicional de 5 mbd cada año, destaca.
Como la OPEP prevé que la demanda mundial de crudo subirá hasta 110 mbd en 2045, “se requieren enormes inversiones”, subraya en el documento el secretario general de la organización, el kuwaití Haitham Al Ghais.
Ya en los últimos años se ha vuelto “crónica” la inversión insuficiente en el sector debido a varios factores, como la crisis del coronavirus, que hundió la demanda y los “petroprecios” en 2020, y “las políticas centradas en el fin de la financiación de proyectos de combustibles fósiles”.
Es a esa falta de inversiones a la que se atribuye el hecho de que la mayoría de los países de la OPEP no haya conseguido recuperar el nivel de bombeo prepandémico.
El informe de la OPEP sostiene que, además, hay que tener en cuenta una limitación “por el lado de la oferta”.
“Se espera que la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos llegue a su pico en algún momento en torno al año 2030” y con ello también tocarán su máximo los suministros de los países no OPEP, afirma.
Ello, a ojos de los productores, supone una advertencia de que se requerirá “un entorno en el que se reconozca como vitales y necesarias las inversiones continuadas a largo plazo (en la industria petrolera), y no se demonice innecesariamente como se ha visto en los últimos años”.
EFE