Mina de carbón Garzweiler de RWE que va a ser ampliada.

La eléctrica alemana RWE ha comenzado a desmantelar un pequeño parque eólico para dar paso a la expansión de una mina de carbón de lignito adyacente, una medida que la empresa reconoce voluntariamente como “paradójica”.

RWE ya ha desmantelado una de las turbinas eólicas en el parque eólico de Keyenberg en el estado de Renania del Norte-Westfalia, en el oeste de Alemania. Se espera que las siete turbinas restantes se desmantelen a lo largo del próximo año, a medida que RWE amplíe sus operaciones en su mina de carbón Garzweiler.

“Nos damos cuenta de que esto parece paradójico”, dijo el portavoz de RWE, Guido Steffen, en un comunicado. “Pero así es como están las cosas”.

El factor impulsor detrás de la decisión es el temor a la escasez de energía provocada por la invasión rusa de Ucrania y la falta de gas fósil importado de Rusia.

Reactivar centrales de carbón

RWE decidió a finales de septiembre reactivar tres centrales eléctricas de carbón que anteriormente estaban en espera. Las tres plantas, cada una con una capacidad de 300MW, reanudarían sus operaciones “para fortalecer la seguridad del suministro en Alemania durante la crisis energética y ahorrar gas natural en la generación de electricidad”.

Las turbinas en cuestión son pequeñas para los estándares modernos, instaladas en 2001 y con una capacidad nominal de solo 1,3 MW, y el permiso de operación de Energiekontor vencerá a fines de 2023.

Las circunstancias plantean la pregunta de por qué las turbinas de 1,3MW no han sido “repotenciadas” con turbinas más grandes, y sobre el gran sistema burocrático del país para la obtención de permisos.

También vale la pena señalar que RWE se comprometió recientemente a terminar con la generación de carbón para 2030.

“La seguridad del suministro está a la orden del día”, dijo Markus Krebber, director ejecutivo de RWE, a principios de este mes.

“Al mismo tiempo, la protección del clima sigue siendo uno de los desafíos clave de nuestro tiempo. RWE apoya a ambos: en la crisis actual, estamos contribuyendo a la seguridad del suministro en Alemania al aumentar temporalmente el uso de nuestras centrales eléctricas de lignito y, por lo tanto, también estamos ayudando a desplazar el gas de la generación de electricidad. Estamos invirtiendo miles de millones de euros para acelerar la transición energética y estamos listos para eliminar el lignito para 2030”.

El Periódico de la Energía

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