La Seguridad Social registró el pasado mes de agosto un récord histórico de ingresos gracias al mercado laboral y el aumento del SMI. El saneamiento del sistema se enfrenta ahora a la crisis de precios y la revalorización de las pensiones.
La recuperación de la economía tras el paso de la pandemia ha elevado el número de afiliados a la Seguridad Social por encima de 20 millones y eso se traduce en mayores ingresos para el sistema. Hasta el pasado mes de agosto, la caja del organismo que gestiona las pensiones ingresó 92.665 millones de euros derivados de las cotizaciones asociadas a los contratos, lo que marca un récord histórico.
En los ocho primeros meses del año la caja de la Seguridad Social ha elevado sus ingresos por este concepto en 7.613 millones de euros respecto al año pasado, cuando la recuperación económica no era completa y, por ejemplo, la temporada alta turística tuvo como principales clientes a los turistas españoles. Con el restablecimiento pleno de la normalidad, los ingresos han aumentado un 9%,. En comparación con 2019, última referencia de un año no afectado por la pandemia, las cotizaciones aumentan más de un 12%, un ritmo que no se veía desde las vísperas de la gran crisis financiera de 2008.
En el impulso a los ingresos también influyen factores como el aumento del Salario Mínimo Profesional (SMI). La base mínima de cotización a la Seguridad Social en 2022, está ahora en 1.166,7 euros, lo que supone un 3,6% más que en 2021 sobre casi dos millones de cotizantes que perciben este salario. La base mínima se sitúa en 960,6 euros mensuales (frente a 944,4 euros mensuales en 2021).En cuanto a las bases máximas, no se han tocado, si bien figuran en la agenda de reforma del sistema que quiere implantar el Gobierno desde el año que viene.
Si los ingresos podrán seguir este ritmo en los meses venideros es algo incierto. Los economistas ya han advertido que la creación de empleo se ralentiza y el propio Gobierno lo ha admitido indicando, además, que está preparado para activar mecanismos de protección de empleo si la crisis de precios contagia al mercado laboral. Organismos supervisores como el Banco Central Europeo ya han advertido que el fuerte aumento de los tipos de interés como respuesta a la inflación puede provocar, más que un frenazo en el mercado laboral, cierta destrucción de empleo.
Hasta ahora, ninguno de estos efectos se ha dejado ver y el saldo es muy positivo por lo que abonan los trabajadores en activo y lo que dejan de pagar los parados. Los trabajadores ocupados generaron cotizaciones de 87.146 millones de euros, un 10,2% más. Por su parte, los desempleados pagaron 5.519 millones de euros, que es un 8% menos y se debe principalmente a la bajada del paro.
Con estos ingresos más las transferencias que recibe la Seguridad Social por parte del Estado, el organismo afronta el pago de pensiones. Las transferencias aumentaron un 5% su volumen, 27.887 millones de euros para, sumándose a las cotizaciones afrontar las prestaciones económicas a familias e instituciones que alcanzaron hasta agosto 114.234 millones, un 4,5% más. Sólo las pensiones y prestaciones contributivas -aquéllas que se financian con cotizaciones- ascendieron a 92.979 millones, 374 millones más que el récord de ingresos registrado. El aumento en el número de pensionistas, el aumento de la pensión media y la revalorización de las pensiones ha hecho crecer este gasto, el principal, un 6,5%. En 2023, sólo el coste de actualizar las pensiones con el IPC supondrá un crecimiento mayor del gasto.