El modelo de crecimiento de la República Dominicana se ha caracterizado por la expansión económica que supera su potencial y también superando con creces el promedio de LAC.

Sin embargo, tenemos un problema de productividad que puede frenar esa tendencia en el futuro.

De acuerdo con el Banco Mundial, si bien es impresionante, el desempeño económico de la República Dominicana se ha basado en la acumulación de factores en lugar del crecimiento de la productividad y se ha asociado con disparidades regionales, baja presión fiscal, calidad de la educación, problemas energéticos y estancamiento salarial, entre otros.

Para el referido organismo, el país necesita: a) una nueva ronda de reformas estructurales que impulsen el crecimiento de la productividad; b) mejora del capital humano; c) fomentar mercados competitivos; d) modernizar la estrategia de innovación; e) reducir las ineficiencias del gasto público; y e) el fortalecimiento de la resiliencia frente a las conmociones externas y el cambio climático.

Los dominicanos piensan que todo lo debe resolver el gobierno cuando en realidad quien invierte, quien produce, quien emplea, quien demanda y quien genera divisas es el sector privado. Es el sector privado que impulsa el crecimiento y el deber del gobierno es crear el marco institucional y legal adecuado para que ese crecimiento se dinamice mejorando la productividad y por derivada, los salarios y el empleo formal.

Y cuando esa productividad se traduzca en una mejora en la distribución del ingreso y reducción de la pobreza, entonces hablamos de desarrollo y no de crecimiento.

Como complemento a ese crecimiento, todavía muy desigual, y que descansa en un sistema productivo con baja productividad, predominan los oligopolios y monopolios que distorsionan los mercados y no se regulan.

Y como tenemos un mercado reducido en términos de consumidores, la productividad es la única vía de ser más competitivos para expandirnos a los mercados externos.

Y para luchar contra la informalidad que domina el mercado laboral, mejorar la productividad y competitividad y disponer de un mejor capital humano, se requieren leyes y reformas en muchas áreas (fiscal, laboral, seguridad social, educación, salud y del elefantismo estatal, entre otras).

El actual gobierno lo entendió muy rápido cuando en el 2021, presentó al Consejo Nacional de Desarrollo 13 propuestas de reformas que abarcan aspectos, económicos, laborales, sociales, justicia, régimen electoral, el propio Estado y la misma Constitución.

La mayoría de ellas no se han concretados y siguen en discusión o en el congreso.
Porque esas reformas son la única garantía de que el crecimiento no se agote. Y peor aún siga siendo solo crecimiento con baja productividad.

Finalmente, la seguridad alimentaria es un patrón que todos los países tratan de seguir. El fin es Proteger la producción de su alimento básico, aunque la productividad sea baja o muy baja.

Es el caso de arroz en Republica Dominicana donde muchos productores son altamente ineficientes, pero se les subsidia y se les protege.

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