En una encuesta de Barómetro de las Américas, en República Dominicana 2023, uno de cada dos dominicanos dijo que la economía era su principal preocupación, superando por mucho a la política y la seguridad.

El problema es un asunto de percepción. Cuando se habla de empleo, inflación o salarios es obvio que hablamos de la economía.

Pero la pregunta es ¿Cómo se pueden crear más empleos, mejorar el salario y crecer con más equidad?

La respuesta es, implementando reformas institucionales para que el país se modernice, sea más competitivo, atraiga más inversión extranjera, ofrezca mayor seguridad jurídica, aumente la inversión publica y mejore la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Estados Unidos no se hizo un país rico y poderoso por la economía.
Lo logró gracias a una constitución progresista, una sólida democracia, una justicia independiente, instituciones fuertes, leyes que se respetan, seguridad y un congreso bipartidista que en los momentos difíciles piensan más en el país que en su partido.

República Dominicana necesita muchas reformas para consolidar su democracia, la independencia judicial, la institucionalidad, la seguridad y garantizar la estabilidad macroeconómica.
Entre esas reformas están la siguiente;

  • Reforma Tributaria
  • Reforma del Estado
  • Reforma del Sector Eléctrico
  • Reforma de la Seguridad Social
  • Reforma del sector agua,
  • Reforma para promover la competitividad.
  • Reformas educativas
  • Reforma en el sector salud
  • Reforma de la justicia
  • Reforma Constitucional para recomponer el Consejo Nacional de la Magistratura, las Altas Cortes y la Independencia del Ministerio Publico.
  • Reformas y Modernización de la Administración Publica
  • Reforma Policial y seguridad ciudadana
  • Reforma del Código Laboral.

En la medida en que estas reformas se vayan concretando el crecimiento económico se convertirá, no solo en cifras frías sobre el comportamiento del PIB, sino en un real desarrollo económico, lo que mejorará la calidad y oportunidad de mejores empleos y salarios, con una más justa y equitativa distribución del ingreso.

Esto no es utopía. Es el camino que han recorrido los países que hoy disfrutan de un mayor bienestar en el mundo.

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