La economía azul se ha convertido en un concepto cada vez más relevante en el ámbito económico y ambiental a nivel global.

Hace referencia a la utilización sostenible de los recursos marinos y costeros, así como a las actividades económicas relacionadas con el océano.

En el caso de República Dominicana, un país con una amplia costa y gran biodiversidad marina, la economía azul ofrece un enorme potencial económico y oportunidades de desarrollo sustentable. Abarca una gama de actividades económicas que dependen directa o indirectamente del océano y sus recursos.

Incluye sectores como la pesca y acuicultura, el turismo costero y marino, la energía renovable marina, la biotecnología marina, la minería submarina, la logística y el transporte marítimo, entre otros.

La idea central es fomentar un enfoque de desarrollo económico que sea compatible con la conservación y protección de los ecosistemas marinos.

República Dominicana cuenta con una extensa costa que alberga una gran diversidad de ecosistemas marinos, como arrecifes de coral, manglares, bahías y playas. Estos ecosistemas proveen una gran variedad de recursos, desde especies marinas para la pesca y acuicultura, hasta áreas para el turismo costero y actividades recreativas.

Además, el país cuenta con un potencial significativo para la energía renovable marina, como la energía eólica y la energía de las corrientes marinas.

Entre los sectores clave de la economía azul en República Dominicana se cita la pesca y acuicultura, turismo costero y marino, la energía renovable marina, la biotecnología marina y la logística y transporte marítimo. Este país tiene tradición pesquera y potencial para el desarrollo de la acuicultura, que puede generar empleo y seguridad alimentaria.

Las playas paradisíacas los arrecifes de coral y la diversidad marina atraen a turistas nacionales e internacionales, generando ingresos y empleo.

Mientras, la biodiversidad marina ofrece oportunidades para la investigación y desarrollo de productos farmacéuticos, cosméticos y alimentarios.

Los puertos dominicanos y la ubicación estratégica del país ofrecen oportunidades para el comercio internacional y la logística marítima.

Retos a considerar

Si bien la economía azul presenta un gran potencial para el desarrollo económico sostenible en República Dominicana, también enfrenta desafíos.

Algunos de esos desafíos, que deben abordarse para lograr un desarrollo económico sostenible, son, por ejemplo, asegurar que las actividades económicas en los sectores marinos y costeros se realicen de manera sostenible, que minimicen el impacto en los ecosistemas marinos y se preserve la biodiversidad.

Se requiere, además, combatir la contaminación del agua de fuentes terrestres y marinas, incluyendo la gestión adecuada de los desechos sólidos y líquidos, así como la prevención de la contaminación causada por actividades humanas, y adaptarse a los efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar. Conocedores del tema recomiendan implementar prácticas de pesca responsable que eviten sobreexplotación de los recursos pesqueros y promuevan la conservación de las especies marinas, así como la mejora de la gestión y supervisión de las actividades pesqueras.

Y aconsejan establecer marcos regulatorios claros y eficientes, así como fortalecer la gobernanza y la capacidad institucional para promover una gestión integrada y sostenible de los recursos marinos y costeros.

Hay ejemplos en países comparables en la región

Es de elevada importancia fomentar la conciencia y la participación de la sociedad civil, las comunidades costeras y los actores involucrados en la toma de decisiones, para promover prácticas sostenibles y la protección de los recursos marinos, es también de elevada importancia.

En la práctica, la economía azul se ejerce a través de diversas actividades y prácticas relacionadas con los recursos marinos, entre ellas la pesca y acuicultura sostenible, el turismo costero marino y el turismo de avistamiento de vida marina, entre otros.

La economía azul se ejerce en varios países de América Latina y el Caribe, así como en Centroamérica y Sudamérica, a través de diferentes actividades y enfoques. Chile, por ejemplo, es líder en producción de salmón y trucha, con una industria acuícola desarrollada.

México posee extensas costas en el Caribe y el Pacífico, con destinos turísticos populares que ofrecen actividades como buceo, snorkel y pesca deportiva. La producción de camarones y ostiones es importante en varias regiones costeras mexicanas.

Costa Rica es conocida por su enfoque en conservación y el ecoturismo, incluyendo turismo costero y marino en sus impresionantes áreas protegidas.

El Caribe

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