Los indicadores del sector financiero dominicano están entre los mejores de toda la región de Latinoamérica y el Caribe.

La exposición al riesgo es mínima y las condiciones macroeconómicas son suficientemente solidas.

Obviamente, las reservas del BCRD, que son en parte depositadas en dólares en bancos de Estados Unidos, no corren ningún riesgo, porque la FED está dispuesta a que ningún depositante pierda su dinero sin importar el monto que se supone está protegido por la ley.

Hablamos de depósitos de 250 mil dólares, que tienen un seguro que los protege.

Fíjense, que tratándose de un banco mediano, que no aparece entre los 15 bancos más grandes de Estados Unidos, como lo es CVB o Banco de Silicon Valley, ya la FED declarò lo siguiente: El Tesoro de los Estados Unidos anunció el domingo que respaldaría los depósitos de Silicon Valley Bank más allá del límite federal asegurado de U$250,000.

Hace 20 años me quisieron linchar porque hicimos lo mismo durante la crisis bancaria del 2003, cuando los bancos quebrados poseían el 65% de todos los depósitos del público, excluyendo al Banco de Reservas.

Si hubiéramos respetado ese límite de los 500 mil pesos, el país hubiera retrocedido a los años en que Picasso pintó la Guernica, en 1937.

¿Y saben por qué?
Por algo que se llama efecto sistémico o usando una palabra más común, CONTAGIO. Todos los bancos se hubieran ido a pique, incluyendo fondos de pensiones, asociaciones de ahorros y préstamos, compañías de seguro, empresas turísticas como Cap Cana, que apenas comenzaba a desarrollarse y de muchas empresas que hubieran colapsado. El caos total.

Ese rescate tuvo un alto costo para los dominicanos, como lo tuvo para el mundo el rescate bancario en el 2008, que de no hacerlo, las consecuencias hubieran sido apocalípticas.

En fin, aun no siendo un Banco muy grande , el CVB generó un efecto sistémico y ese contagio ya llevó a la quiebra a otros 3 bancos en Estados Unidos y ha generado un verdadero pánico en Europa y Asia.

¿Se repetirá la crisis del 2008?
No lo creo, ya que las autoridades han dado señales claras de que nadie perderá sus depósitos, aunque los ejecutivos de esos bancos serán sometidos a la justicia y sus inversores sí perderán su dinero.

¿Y qué pasó con el CVB?
¿A quién culpar?
Primeramente, a sus ejecutivos y después a la política monetaria.

A los ejecutivos, por sobrepasarse en sus captaciones e inversiones, por las flexibilidades que se otorgaron a los bancos en el gobierno de Trump después de las fuertes medidas regulatorias a raíz de las crisis bancarias del 2008.

Y a la política monetaria, porque a la FED se le fue la mano aumentado las tasas de interés en un tiempo muy corto, llevándolas de casi cero a 4.25%-4.50 anual, aumentos que han estado dirigidos a golpear la inflación sin pensar en los daños colaterales.

Aun así, la inflación sigue alta y bajando con mucha lentitud, por lo que el presidente de la FED anunció la semana pasada que venia otro aumento significativo, lo que se interpretó que estaría entre 50 y 75 puntos.

Ante ese anuncio y al día siguiente, o sea el jueves 09 de marzo, los mercados se derrumbaron y las acciones de algunos bancos y empresas cayeron en picada.

Los depositantes del CVB, mayormente de pequeñas empresas tecnológicas de nuevos emprendedores, empezaron a retirar su dinero porque no podrían soportar tasas tan altas.

Para colmo el Banco, a fin de capitalizarse, vendió bonos por 20 mil millones, con una pérdida de 1,800 millones.

Al día siguiente el valor en bolsa del CVB cayó un 60% y fin de la historia.

Pero el contagio no se hizo esperar.

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