Ante el panorama mundial, la complejidad del nuevo estilo de liderazgo político y económico sigue siendo una encrucijada y se convierte en una incertidumbre para el crecimiento y equilibrio económico mundial, especialmente República Dominicana.

Vemos como nuestro país, que está rodeado de costas y mares, todavía no explota responsablemente la economía azul para una sostenibilidad integral.

No existe un liderazgo que trabaje por la preservación de la pesca artesanal, la creación de nuevos puestos de trabajo sostenible, ni tampoco contamos con personas que gestionen un acompañamiento para la protección social y defensa ambiental.

Se vive improvisando una planificación social, ecológica y económica, con la idea de fortalecer los territorios, la economía verde, la colectividad y la autosuficiencia alimentaria con una gobernanza real.

Las complejidades del mundo que vivimos se caracterizan por mostrarnos las discrepancias de los principales partidos políticos, las debilidades en la aplicación de sanciones, medidas sin propósito a los bienes comunes, ausencia de políticas públicas para salvar el planeta de catástrofes, desenfoque en las economías claves y colectivas, una sociedad civil pasiva y conformista, pero sobre todo, líderes empresariales y políticos que no aportan soluciones para enfrentar las multicrisis.

Vemos como los discursos políticos sin pensar primero en la gente, se convierten en promesas demagógicas, y los hechos, para la sostenibilidad económica y social, son teorías sin liderazgo real.

Ya los foros económicos mundiales no tienen receta para enfrentar los bloques económicos que se tejen en las potencias, propiciando un mundo multipolar, dividido con la excusa de una guerra entre Rusia y Ucrania, y una historia del imperio del poder y su riqueza.

Hoy la ONU no alcanza un verdadero liderazgo de paz ante una población de más 8 mil millones de habitantes.

El envejecimiento de la población de occidente es evidente y acarrea las difíciles perspectivas económicas para el cumplimiento de la agenda 2030 con demanda de expectativas sociales, económicas y políticas de los gobiernos, que buscan construir una economía más sostenible.

Definitivamente, la complejidad de la economía es más profunda por la falta de liderazgo político, que se ocupen estos de buscar el consenso para dirigir el planeta.

Sin salir del patio, estamos en tiempos de resiliencia económica, ecológica y social, polarizada por una economía desglobalizada, donde el pobre sufre la inclemencia del déficit del Estado y el dime y te diré de la clase política, sin solución a la vista de la justica social.

Esto es algo que lamentablemente no se llevó la pandemia, y al ritmo que vamos, la clase media detonará la presión de la convivencia por la falta de identidad de clase.

Ahora más que nunca el estado debe proteger a las familias y dar una mirada a la tercera economía social y solidaria, que trabaja para el desarrollo sostenible con vínculos comunitarios.

Tenemos la oportunidad de crear proyectos para superar las dificultades y así levantar la bandera de un liderazgo económico responsable.

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