Medio millar de representantes de medios de comunicación de todo el mundo debatieron hoy el tremendo impacto que la inteligencia artificial está teniendo ya en el sector y acordaron, pese a las diferencias, reforzar la cooperación entre ellos para aprender unos de otros a hacer un uso ético de esta revolución tecnológica.

La sexta Cumbre Mundial de Medios de Comunicación, coorganizada por las autoridades de la región autónoma de Xinjang (noroeste de China) y la agencia oficial Xinhua, reveló un alto grado de consenso sobre las oportunidades que abre la IA generativa, pero también dudas generalizadas sobre los efectos que puede tener en la desinformación y la manipulación de las opiniones públicas.

Según las autoridades de esta región, de mayoría étnica uigur (de religión musulmana), China -y Xinjang en particular- son objeto de una campaña de desinformación orquestada por entidades occidentales cuando afirman que la población uigur está siendo castigada a trabajos forzados en respuesta a sus reivindicaciones políticas.

“Les animo a todos ustedes a explorar la región -las puertas están abiertas- y a elevarse por encima de los prejuicios y ser testigos del notable desarrollo y de la unidad que reina entre nuestros grupos étnicos”, dijo en la inauguración de la conferencia el anfitrión principal, Ma Xingrui, miembro del Comité Central del Partido Comunista Chino y secretario regional del PCCh.

Para este líder político, lo que se ha escrito a propósito de los campos de trabajos forzados para trabajadores uigures no son sino “mentiras de las fuerzas antichinas” que trabajan con el objetivo económico muy concreto de boicotear las exportaciones agrícolas de Xinjang y frenar el crecimiento del país.

En la República Popular viven unos veinte millones de musulmanes, de los cuales alrededor de la mitad en esta región, situada en el corazón de la histórica Ruta de la Seda y que cuenta con una importante producción agrícola (espera cosechar esta campaña unos 5,5 millones de toneladas de algodón).

El riesgo de que la actual revolución tecnológica no contribuya a una población más y mejor informada, sino a todo lo contrario, fue sólo uno de los aspectos abordados a lo largo de esta cumbre.

Medios aquí representados tanto del Este como del Oeste, del Norte como del Sur, coincidieron en lo trascendental del momento y en las orientaciones que deben guiar la introducción de la IA en las redacciones, pero dejaron traslucir sus grandes diferencias en cuanto a qué debe ser considerado ‘verdad’ en periodismo.

Dmitri Gornostaev, director adjunto de Información del grupo ruso Rossiya Segodnya, denunció desde la tribuna las sanciones occidentales a las que están sujetos medios como RT o Sputnik, que están acusados en Occidente de practicar la propaganda y la desinformación.

Los países en la Unión Europa que aplican esas restricciones contra los medios y los periodistas rusos “actúan de forma totalmente contraria a la libertad de expresión que dicen defender y así el periodismo objetivo está siendo sancionado”, afirmó.

Según el presidente de la Federación de Periodistas de Hong Kong, Li Dahong, de la misma manera que Xinjang “ha sido difamada en internet”, también la excolonia “se enfrenta a los mismos problemas” cuando Occidente juzga por sus estándares las realidades de los derechos humanos y la evolución política en este territorio que fue devuelto por el Reino Unido a la soberanía china.

Al margen de las diferencias ideológicas, la intervención central del presidente de la agencia oficial china Xinhua, Fu Hua, reflejó el consenso que en gran medida existe entre los grandes medios acerca de qué uso dar a la nueva herramienta de la IA generativa.

Es esencial, argumentó, que “los humanos tengan la última palabra”, porque el sujeto y el objeto del periodismo “son las personas”.

Y cuando se plantea dotar al periodista de este potente utensilio “es para empoderarlo, no para reemplazarlo”

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