La plataforma de alquileres vacacionales Airbnb, lanzó una nueva sección en su sitio web titulada “Anfitriones responsables en República Dominicana”, orientada a informar a sus anfitriones locales sobre las obligaciones fiscales que deben cumplir. Con esta guía, Airbnb busca fomentar que los propietarios de inmuebles comprendan y cumplan con el marco tributario del país, el cual incluye el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) y el Impuesto Sobre la Renta (ISR).
El lanzamiento de esta guía llega en un contexto de esfuerzos para formalizar en el país la recaudación de impuestos en los servicios digitales. Las autoridades mantienen conversaciones con representantes de Airbnb, buscando que la plataforma juegue un rol más proactivo en la retención automática de impuestos para los anfitriones, similar a lo que ya se realiza en algunos otros países. Carlos Muñoz, director de Políticas Públicas y Asuntos Gubernamentales de Airbnb para América Latina, visitó el país recientemente para discutir este tema, y señaló que, actualmente, la retención automática de impuestos “no funciona” en Airbnb debido a su estructura operativa.
Esta solicitud de retención automática no se limita a Airbnb; el gobierno dominicano ha expresado interés en implementar estas políticas para otras plataformas digitales en el marco de su proyecto de modernización tributaria. Sin embargo, hasta el momento, la responsabilidad de declarar y pagar impuestos sigue recayendo directamente sobre cada anfitrión.
Responsabilidad fiscal en manos de los anfitriones
Airbnb detalla en su nueva sección que la responsabilidad de cumplir con las obligaciones fiscales depende enteramente de cada anfitrión individual, destacando que cada caso puede ser diferente. “Los impuestos son un tema complejo, y las obligaciones fiscales de cada anfitrión dependen de sus circunstancias específicas. Por ello, recomendamos que cada anfitrión investigue sus responsabilidades fiscales o consulte a un asesor fiscal profesional”, menciona la plataforma en su sitio web.
La guía enumera los pasos básicos que cada anfitrión debe seguir, como registrarse en el Registro Nacional de Contribuyentes (RNC) y asegurar que el ITBIS, del 18%, se incluya en todas las facturas emitidas a los huéspedes. Los anfitriones con ingresos superiores a un umbral específico también deben presentar su declaración anual del ISR, con una tasa progresiva según los ingresos.
La guía también abarca las obligaciones para aquellos anfitriones que operan sus propiedades como empresas registradas en República Dominicana. Estas entidades, además de pagar el ITBIS, están sujetas a un ISR del 27% sobre los ingresos generados y a un pago adicional de un 1% sobre el patrimonio registrado en su balance. Esta serie de requisitos se aplica tanto a pequeñas empresas como a grandes corporaciones, asegurando que todos los participantes en la industria de alquiler a corto plazo cumplan con las mismas obligaciones fiscales.
Esta información fiscal ha sido desarrollada en colaboración con un bufete de abogados independiente y fue añadida a la plataforma en febrero de 2024. Según Airbnb, el objetivo es “facilitar que los anfitriones cumplan con sus obligaciones fiscales” y brindarles una referencia inicial para entender mejor sus responsabilidades.
Reacciones en el sector turístico
La iniciativa de Airbnb ha generado reacciones mixtas en el sector turístico dominicano. La Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores) solicitó más tiempo para evaluar los lineamientos de la guía antes de emitir un pronunciamiento oficial, y algunos de sus representantes han manifestado su preocupación por la competencia entre hoteles y propiedades de alquiler a corto plazo. Argumentan que la falta de una retención automática de impuestos puede generar un desequilibrio en la industria.
Por otro lado, expertos en economía digital han visto el lanzamiento de la guía como un avance hacia la transparencia en la operación de Airbnb y otros servicios similares en el país, aunque muchos coinciden en que el éxito de esta medida dependerá del grado de supervisión que ejerza la DGII sobre los anfitriones.