El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, y el presidente de China, Xi Jinping. El presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, se han comprometido este sábado en los aledaños del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) en Lima (Perú) a desarrollar la comunicación bilateral para intentar aliviar las tensiones entre ambos países, desde el polémico vertido de agua tratada de la central nuclear japonesa de Fukushima hasta la disputa histórica por las islas Senkaku/Diaoyu.
El presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, se han comprometido este sábado en los aledaños del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) en Lima (Perú) a desarrollar la comunicación bilateral para intentar aliviar las tensiones entre ambos países, desde el polémico vertido de agua tratada de la central nuclear japonesa de Fukushima hasta la disputa histórica por las islas Senkaku/Diaoyu.
«Acabo de mantener», ha hecho saber el primer ministro japonés en un mensaje en la cuenta oficial del Gobierno nipón en la red social X, «una reunión de alto nivel con el presidente chino para promover una relación mutuamente beneficiosa basada en intereses estratégicos comunes y construir ‘relaciones constructivas».
«Seguiremos mejorando la comunicación, incluso a nivel de cumbres, para mitigar los problemas y nuestras preocupaciones, así como para mejorar la cooperación y la coordinación entre nuestros dos países», ha añadido el mensaje del primer ministro japonés tras la que ha sido su primera reunión con el mandatario chino. Ishiba, cabe recordar, se desempeña como jefe del Gobierno de Japón desde el pasado 1 de octubre.
Precisamente Xi dedicó unos momentos a felicitar a Ishiba por su nombramiento antes de coincidir en que ambos países están en un «momento crítico» para mejorar las relaciones y entablar vínculos «constructivos y estables».
Durante el encuentro, el primer ministro japonés ha pedido al presidente chino que acelere en la medida de lo posible el levantamiento de las restricciones de su país a la importación de pescados y mariscos japoneses, decidida en respuesta al vertido de Fukushima, que según Pekín representa una amenaza para sus aguas a pesar de las garantías ofrecidas por Tokio, a cambio de la puesta en marcha de un nuevo programa de supervisión sobre este procedimiento, que contaría con la participación de expertos chinos.