Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de República Dominicana. Estadísticas de la Dirección General de Aduanas (DGA) indican que de los US$12,925 millones exportados por el país el año pasado, el 53.5% fue hacia esa nación. Sin embargo, esa dependencia de Estados Unidos es más enfática cuando se trata de las exportaciones de zonas francas; en las que República Dominicana ha puesto más énfasis como fuente de generación de divisas y de inversiones.
De acuerdo con cifras oficiales, el año pasado las exportaciones de zonas francas representaron el 66.6% de las totales de República Dominicana con US$8,607.1 millones, mientras que las ventas externas “nacionales” sumaron US$3,996.9 millones. El resto, poquito más de US$300 millones, corresponde a “admisión temporal” y “reexportación”.
ZONAS FRANCAS Y EE.UU.
Dentro de las exportaciones hacia Estados Unidos, el 90.4% corresponde al sector de zonas francas, es decir, US$6,251.8 millones el año pasado. Además, ese monto representa el 72.6% de las exportaciones totales de zonas francas el año pasado. Lo anterior indica que solo el 27.4%, poquito más de una cuarta parte, de las exportaciones de zonas francas va hacia países distintos de Estados Unidos.
Esa situación coloca a República Dominicana en una posición de elevada dependencia de un solo destino para un sector vital como en de las zonas francas. Desde el punto de vista de comercio regular, esa situación puede ser normal, pues existe un tratado de libre comercio entre este país, Estados Unidos y los cinco países de Centroamérica (DR-Cafta); además de que la cercanía local con la nación del norte, hace ver con normalidad ese panorama.
NEGOCIACIONES
Pero, hay momentos en que esa alta dependencia puede implicar una posición de desventaja. Eso es lo que han planteado algunos analistas de comercio internacional en torno a la reacción que pudiera tener Estados Unidos ante la emisión del Decreto 693-24, con el cual República Dominicana pretende establecer importantes barreras arancelarias a la importación de arroz desde esa nación.
El Artículo 2 de ese decreto establece una cuota de 23,300 toneladas métricas con 0% de arancel ad valorem para los productos de arroz y originarios de los Estados Unidos de América, “y fuera de esa cuota se aplicará el arancel Nación Más Favorecida, equivalente a un 99% ad valorem”. Esto, a pesar de que el DR-Cafta establece que a partir de este año el arroz proveniente de Estados Unidos puede entrar a territorio dominicano con 0% arancel y libre de cuota, es decir, en cantidad ilimitada. Aunque todavía Estados Unidos no ha reaccionado a la emisión de ese decreto que, por su contenido, estaría violando lo establecido en un tratado internacional con fuerza de ley, es posible que lo haga tras la toma de posesión del presidente Donald Trump, el 20 de enero.
POSICIÓN DE DEPENDENCIA
El punto con un escenario de negociación está en el hecho de que República Dominicana tiene una elevadísima dependencia de Estados Unidos en prácticamente los principales sectores económicos locales. En materia de exportación, el 53.5% de las ventas locales va hacia ese país, con el elemento adicional de que tres cuartas partes de las exportaciones de zonas francas tienen a Estados Unidos como destino.
En cuanto a la inversión extranjera directa (IED), Estados Unidos representa alrededor del 27%, lo que convierte a esa nación en el principal aportante de capital externo en territorio dominicano. Otro sector en el que Estados Unidos es determinante para República Dominicana es el turismo, principal motor económico local. De acuerdo con cifras oficiales, son estadounidenses alrededor del 50% de los turistas que visitan a República Dominicana. A eso se agrega el hecho de que el 83% de las remesas que recibe República Dominicana proviene de dominicanos que viven en Estados Unidos.
CONDICIÓN
Si bien República Dominicana puede ser importante para determinadas iniciativas de Estados Unidos, la realidad es que, dadas las diferencias de tamaño, de importancia económica y geopolítica, y la elevada dependencia local de la economía local frente a esa nación, un escenario de negociación coloca a este lado en la posición más desventajosa.
Aun así, se pudiera interpretar que, con lo referente a la protección de la producción arrocera, el Gobierno dominicano parece haber emitido ese decreto para generar un motivo de negociación, el cual no debe perder de vista otros sectores tan y más determinantes que el del arroz, donde esa nación tiene posición privilegiada frente a este país. El año pasado República Dominicana importó más de 157,000 toneladas métricas de arroz, de las cuales cerca de la mitad provino desde Estados Unidos, otra parte desde Brasil y otras