Por: José Lois Malkun
Nos salvamos por un pelo. Trump pretendía aplicar un 5% de impuestos a las remesas. Después la Cámara de Presentantes lo bajo a 3.5% y el Senado finalmente lo dejó en un 1%.
México dijo que el gobierno compensaría el impuesto a las remesas del 1% (exceptuando transferencias electrónicas) porque el grueso de los beneficiarios son personas de escasos recursos.
En Republica Dominicana el gobierno debe hacer lo mismo, eliminando los subsidios a los combustibles, aprovechando los bajos precios del petróleo y una tasa de cambio que ronda 60 ´pesos por dólar, para que con parte de ese ahorro subsidie a las familias afectadas por ese impuesto.
Según algunas opiniones, ese impuesto podría significar una reducción de unos 100 millones de dólares (6 mil millones de pesos) que también afecta a las familias de menores ingresos en el pais.
Pero es el Banco Central quien debería hacer un calculo preciso del impacto de este impuesto de acuerdo con las formas de envío de las remesas y sus efectos en los ingresos de los mas pobres.
Los subsidios a los combustibles han rondado entre 12 mil y 15 mil millones al año y beneficia tanto al dueño de un Ferrari, un Mercedes Benz o una Jeepeta Ford, Chevrolet o Toyota de 8 cilindros y que recorre 10 o 15 kilómetros por galón de gasolina, en comparación a un modesto Kia o Fiat de 4 cilindros que recorre hasta 40 kilómetros por galón. En otras palabras, el subsidio a quien mas beneficia es a la clase media alta y alta que posee vehículos de gran cilindraje.
Es hora de que el precio de los combustibles se trasparente para todos sus derivados y nos solo para una parte de ellos. Hay un subsidio cruzado que distorsiona los precios. El transporte podría subir solo unos pocos pesos y afectaría en unas décimas de punto la inflación, pero seria por una sola vez.
El viernes pasado, si a los aumentos de precio de gas licuado y el diésel le hubieran aplicado dos pesos de aumento a la gasolina, posiblemente el gobierno no tendría que haber sacrificado 145 millones en subsidio.
Ese ahorro en el subsidio a los combustibles no solo serviría para compensar a las familias que reciben remesas que no están exenta de ese 1% de impuestos, sino que aliviaría el presupuesto disponiendo de unos 6 mil o 7 mil millones que pueden utilizarse para gasto de capital generando empleo y dinamizando una economía en lento crecimiento.
O podría usarlo para cubrir los déficits del SENASA que son 100 veces más beneficioso para los pobres que el subsidio a los combustibles.
Los subsidios generalizados, como el de los combustibles, el ITBIs, y otros pecaminosos, son malos por definición, pero cuando se focalizan a los mas pobres son altamente beneficiosos.